Base científica sólida, proyecto estable, respaldo institucional, inquietud investigadora... Extremadura reúne las condiciones para convertirse en un referente nacional en el estudio del Pleistoceno Medio --hace más de 250.000 años-- al igual que lo es hoy la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, vinculada al afamado yacimiento burgalés de Atapuerca.

El Proyecto Primeros Pobladores de Extremadura ha realizado una fuerte apuesta por la formación que ya está dando los primeros resultados. Al amparo de este proyecto se están gestando tres tesis doctorales cuyos autores han tenido que especializarse en Tarragona. La próxima primavera está previsto que se presente la primera de estas investigaciones, realizada por Oscar Díaz Hernández, y entonces "el pasado extremeño tendrá algunas páginas más sobre las que discutir", comenta el autor.

El estudio de Díaz se sostiene en el análisis de más de 5.500 piezas obtenidas en las campañas realizadas en el yacimiento al aire libre de El Millar --a seis kilómetros de Cáceres y siete de Malpartida--. Dolores Mejías también analiza la industria lítica utilizada por los primeros homínidos que poblaron la zona que hoy conocemos como Cáceres y Malpartida aunque ella se centra en los hallazgos del yacimiento Vendimia. Miriam García, por su parte, se ha propuesto en su tesis interpretar los movimientos poblacionales que se registraban.

Complejo cacereño

Un nuevo término científico se ha acuñado para designar el área de estudio que abarca el Proyecto Primeros Pobladores de Extremadura, Complejo Cacereño. Así se conoce a la zona de humedales situada en los llanos comprendidos entre las sierras de Cáceres y Aliseda, donde abundan los riachuelos que vierten al río Salor y donde se encuentran los yacimientos al aire libre de Vendimia y El Millar. El Calerizo cacereño, donde se sitúan las cuevas de El Conejar, Maltravieso y Santa Ana, completan este esquema territorial.

Los recursos necesarios para la subsistencia, indica García, eran diferentes en estos dos ecosistemas, razón por la que tanto los homínidos como las distintas especies faunísticas transitaban de una zona a otra. En los humedales abundaba la caza y en las cuevas del Calerizo los homínidos que poblaban este territorio hace 250.000 años o más --en Santa Ana se ha encontrado material que prueba la presencia de humanos hace entre medio millón y un millón de años-- tenían una residencia permanente.

La movilidad entre las dos áreas se veía favorecida por pasos naturales y porque sólo distan unos diez kilómetros entre ellas. Así, "el acceso a lugares de aprovisionamiento bien conocidos por los paleopobladores podría ser abordado en una sola jornada", dice García.

Aunque a los autores de las tesis que se están realizando les gustaría presentarlas en la Universidad de Extremadura (Uex), la carencia de especialización en este periodo les llevará a hacerlo en Tarragona. Allí otras extremeñas, Eva Mancha y Luna Peña, inician sus tesinas sobre las cuevas cacereñas mientras cursan un master en Arqueología del Cuaternario y Evolución Humana. De este modo se preparan para iniciar su tesis, al igual que Francisco Javier Vadillo, que también forma parte de este equipo de investigación. El objetivo es que en pocos años sea posible adquirir esa especialización en Extremadura.