La labor del Gabinete de Iniciativa Joven (GIJ) no consiste en solucionar el problema del paro o del desarrollo económico de Extremadura, según apunta su gerente, Juan Pastor, a la agencia Efe, sino "ayudar a construir proyectos innovadores y que eso se vea como algo normal".

Pastor resalta que el GIJ pretende transmitir entre los extremeños una nueva forma de hacer las cosas que ya es habitual en economías más avanzadas que la extremeña. Se trata de crear, con tiempo suficiente, otra dinámica centrada en el promotor privado, alejada de lo público como principal fuente de financiación y movida por la imaginación, no como algo abstracto, sino aplicada a la innovación.

Aunque reconoce que son conceptos difíciles de asumir, se muestra convencido de que "al final, la sociedad se va a tener que dar cuenta de que la salida es la innovación, la diferenciación". Sin embargo, recalca que si la sociedad extremeña no asume el liderazgo adquirido por Extremadura con la creación del GIJ, será complicado mantener ese posición de cabeza.

En su opinión, los extremeños deben comenzar a acostumbrarse a promover proyectos empresariales por sí mismos para afrontar la futura pérdida de los fondos europeos, para que, cuando llegue el momento, "no nos llevemos las manos a la cabeza".

"La filosofía es esperar a que se acaben los fondos o prepararse para cuando se acaben", resume y agrega que "el discurso de imaginación aplicada a la innovación es un discurso de presente, no de futuro".

NO DA DINERO Subraya que el gabinete no da dinero, sino que ayuda a encontrar la financiación para el desarrollo de ideas innovadoras, y explicó que las subvenciones que reciben los proyectos no proceden del presupuesto del gabinete. Se trata, concluye, de ayudar a construir proyectos innovadores, para lo que se requiere apoyo público, pero también del propio promotor, porque "si él no aporta recursos, será más difícil que su proyecto salga adelante".

Entre los proyectos que el GIJ ya ha "ayudado a construir" y que "son realidades que están formando esa comunidad de innovadores", citó el Hotel de la Risa de Talayuela, un canódromo portátil, un catering de comercio justo y agricultura ecológica, el vehículo de dos ruedas segway o una depuradora de aguas residuales con plantas macrofistas.

La media de inversión de los proyectos se sitúa entre los 18.000 y 25.000 euros, aunque hay otros por importe de 25 millones de euros para los que se está buscando la financiación.

Según los expertos, todo proceso de innovación y desarrollo necesita entre diez y quince años para ver resultados, porque se trata de un proceso "complejo y difícil", advierte Pastor.

No obstante, destaca que, después de año y medio de funcionamiento del GIJ, la apuesta de la Junta por este organismo ha dado ya sus primeros frutos tanto en los 48 proyectos apoyados con ayudas de la Junta como en reconocimiento internacional.