La organización ecologista Greenpeace mantendrá en El Acebuche (Huelva) una reunión con una comisión del Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco y con la Secretaría del Convenio Ramsar para exponerles los "graves daños" que ocasionan al Parque Nacional de Doñana los vertidos del polo químico de Huelva así como la "amenaza" de un oleoducto para la refinería Balboa, en Extremadura.

Así, recuerda que lleva dos años denunciando la contaminación que sufren los ríos Tinto y Odiel, sobre todo por residuos industriales tóxicos y radiactivos de los fosfoyesos de Fertiberia, que están acumulados en las marismas, y por los "constantes" vertidos de la refinería que Cepsa tiene en Palos de la Frontera (Huelva).

Además, la organización considera que a "estos puntos negros se une" el nuevo proyecto del oleoducto desde los límites del Parque Nacional de Doñana para llevar hidrocarburos hasta Badajoz, con el consiguiente "incremento del riesgo de accidentes y vertidos", porque implicará la llegada de más de 100 petroleros al año "a las puertas del parque".

Asimismo, Greenpeace informará al comité de la Unesco sobre otros peligros que cuestionan la supervivencia de Doñana, como las extracciones ilegales de agua subterránea para los cultivos de fresa, los vertidos de aguas residuales urbanas, el dragado del río Guadalquivir o la contaminación que el desastre de Aznalcóllar y la mina de las Cruces suponen para el ecosistema y la población de la zona.

"Queremos que la Unesco conozca de primera mano la situación de deterioro que sufre Doñana, debido en gran parte a la política de dejación de la Junta de Andalucía, cuyas medidas de imagen 'verde' vacías de contenido están llevando el Parque al borde del colapso", ha subrayado el responsable de contaminación de Greenpeace, Julio Barea.