Componentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Cáceres, han denunciado a un vecino de Torrejón el Rubio, por la instalación clandestina de un muladar (comedero artificial para aves rapaces), localizado en el paraje conocido como “Cerro Pelao”, de la citada localidad, enclavado en el Parque Nacional de Monfragüe, en el que depositaba cadáveres y resto de animales de producción procedentes de explotaciones ganaderas de esa zona, según informa la Comandancia del Instituto Armado.

El denunciado perseguía con su conducta lucrarse ilegalmente de la riqueza faunística que atesora el Parque Nacional. Con el depósito de restos cadavéricos atraía la presencia de aves necrófagas y facultativas, en especial buitres leonados y, con este “gancho”, alquilaba a los turistas que visitan el Parque una caseta próxima al muladar, desde la cual podían filmar, fotografiar y observar la conducta de las aves mientras se alimentaban. Además, con la finalidad de evitar molestias, tanto a los turistas, como a los necrófagos, el denunciado había cortado el tránsito de un camino público de acceso al muladar, colocando una cadena en la vía y un cartel con la leyenda: “No pasar, estamos fotografiando”.

Por otra parte la Benemérita añade que en el momento de la intervención, el SEPRONA identificó a dos ciudadanos italianos, a los que se les había ofertado la atracción turística, cuando realizaban fotografías desde el interior del cobertizo.

La persona denunciada carecía de las autorizaciones medioambientales y sanitarias necesarias para la instalación del comedero, interrumpía arbitrariamente el normal tránsito por el camino público y prestaba servicios turísticos, a cambio de contraprestación económica, de forma irregular y como complemento a la actividad laboral que desempeñaba habitualmente.

Las denuncias interpuestas por el SEPRONA han sido remitidas a los órganos con competencias sancionadores en materia medioambiental, sanitario y de turismo del Gobierno de Extremadura.

El establecimiento clandestino de muladares, representa un riesgo evidente ante la posibilidad de transmisión de la enfermedad de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), popularmente conocida como “mal de las vacas locas”, tanto al ser humano como al resto de ejemplares de fauna silvestre, a partir de animales afectados. Es por ello que los ejemplares de cabaña ganadera muertos en explotaciones ganaderas de cualquier tipo deben, obligatoriamente, eliminarse de forma inmediata, recurriendo a métodos como el enterramiento o la incineración, prohibiéndose el abandono incontrolado de estos cadáveres en los terrenos de campeo y alimentación naturales.