El choque entre las organizaciones ecologistas y los cazadores parece inevitable en la reunión del consejo extremeño de caza prevista para hoy viernes y la cuestión a debate es cómo gestionar el retroceso de las poblaciones de la tórtola europea, una de las especies cinegéticas que se pueden abatir durante la media veda (la antesala de la temporada de caza con ocho días hábiles entre finales de agosto y principio de septiembre para determinadas especies). En un comunicado conjunto de las oenegés ambientales AMUS, Adenex, Ecologistas Extremadura, Seo/Birdlife, DEMA, Ecologistas en Acción, Sociedad Extremeña de Zoología, GRUS y ANSER exigieron ayer al consejo que aplique «inmediatamente una moratoria sobre la tórtola europea en la región» e incluso que se considere «suspender la media veda en 2020, por la situación desfavorable de dos de las especies (además de la tórtola europea, la codorniz está también en declive) y en tanto se toman medidas más extensas para detener sus disminuciones», plantean los ecologistas. No descartan iniciar los trámites para que se incluya en el Catálogo de Especies Amenazadas, lo que supondría que se prohibiera su caza.

Chantaje y amenaza

Desde la Federación Extremeña de Caza, por su parte, censuraron «el chantaje» y «la amenaza» adoptado por las asociaciones ecologistas, y defendieron el Proyecto Integral de Recuperación de la Tórtola Europea en la Península Ibérica (PIRTE) «una iniciativa en la que Extremadura es pionera en España y que apuesta por gestionar los hábitats para mejorar la situación de esta especie», recogen en una nota.

La situación de la tórtola europea es una de las cuestiones incluidas en el orden del día y en ese sentido, según los datos de SEO/ Birdlife la especie ha perdido en los últimos 20 años, el 40% de su población en España, mientras que en otros puntos de Europa, el retroceso se eleva hasta el 70%, lo que ha dado pie a un plan europeo de conservación que recomienda una moratoria de la caza que los ecologistas piden activar en España. Según defienden, las medidas de protección puestas en marcha en Extremadura por la administración y los cazadores son «insuficientes»: los cazadores redujeron hace tres años el numero máximo de piezas durante la media veda de 15 a 10, y este año además se han puesto en marcha mejoras de hábitats, con un proyecto de comederos y bebederos en varias fincas de la región.

En el texto, que han remitido además a la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio, reconocen en todo caso, que «buena parte de los declives de estas especies» se deben a los cambios agrarios que se están produciendo, entre ellos, la proliferación de cultivos intensivos o el uso de productor químicos.

En ese sentido, los cazadores defienden que el principal retroceso se ha debido a esos cambios en la agricultura y que «a día de hoy los ejemplares de tórtola europea ya se encuentran, únicamente, en las zonas donde se realiza una debida gestión de los hábitats, es decir, en cotos de caza, donde el trabajo del sector permite hasta triplicar el éxito reproductivo medio de la tórtola», subrayan.