Primero, la vivienda. Ese es el lema de un programa innovador para personas sin hogar que llega ya a más de 300 ciudades en todo el mundo. La iniciativa nació en la década de los años 90 en Nueva York y se define como un programa para facilitar una casa digna. Hasta ahí parece ser una propuesta más, pero se diferencia en varios aspectos. El primero, que no pone condiciones previas. El segundo, que está dirigido con prioridad a personas con enfermedades mentales o a gente con trastornos de adicción a sustancias. El tercero, el contrato de arrendamiento no tiene límite de tiempo. Incluso pueden elegir el barrio. Aún no se aplica en Extremadura, pero la red europea contra la pobreza ya aplica esta fórmula en Barcelona y en Madrid. Y según ponen de manifiesto las fundaciones encargadas de gestionarlo ya obtiene sus resultados.

En el caso de Extremadura, las iniciativas que se desarrollan para este colectivo parten de Cáritas, que en colaboración con la Federación de Entidades de apoyo a las Personas Sin Hogar, desarrolla su campaña Nadie sin hogar. Cruz Roja dispone sus efectivos en su tradicional campaña Ola de frío, la red europea contra la pobreza en Extremadura desarrolla programas de inclusión social y la Junta promueve ayudas para iniciativas que trabajen contra la exclusión.