La conferencia 'Raíces cristianas de Europa', que pronunció Antonio Ventura Díaz en Cáceres tras la entrevista con este diario, sirvió para defender una tesis que él maneja: a través de esas raíces se puede lograr la vertebración social de nuestra región, de España y de Europa.

Pero fue más allá. A su juicio, los extremeños "hemos tenido muy poca autoestima" y salvo lo de 'Extremadura, tierra de conquistadores' "con la que salvábamos todo", se ha defendido escasamente el protagonismo de nuestra comunidad en la historia del país. No obstante, reconoce que hubo casos que son los que nos han marcado negativamente, entre los que cita los crímenes de Puerto Hurraco, la impronta que dejó 'La familia de Pascual Duarte' o la imagen que se proyectó de Las Hurdes con la película de Buñuel 'Tierra sin pan'.

"Pero qué pocos conocen que cinco presidentes o primeros ministros españoles fueron extremeños; o que el el primer presidente de las Cortes constituyentes democráticas fue el extremeño Antonio Hernández Gil; o quién se acuerda de Calatrava, de Bravo Murillo, etc. Todo eso está en el olvido", sentencia el director de la Academia de Yuste. No obvia tampoco a Benito Arias Montano, El Brocense, a los Doce Apóstoles de Belvís de Monroy, a San Pedro de Alcántara o recuerda la obra realizada en Alcuéscar por el Padre Leocadio.

También rememora, ante tanta demanda secesionista catalana, que Fernando el Católico firmó hace más de cinco siglos en el Monasterio de Guadalupe la 'sentencia arbitral', que acababa con el régimen feudal en Cataluña y "de esta manera con los malos usos que hacían de sus súbditos, que trataban como esclavos; o el derecho de pernada".

CAMBIAR EL FOCO Para contrarrestar la mala percepción que existe de Extremadura, Antonio Ventura es partidario de invertir en "mejorar esa imagen tan tremendamente negativa de la región desde cualquier perspectiva", aunque su coste sea importante. "Extremadura siempre sale malparada en cualquier estudio que se hace, y eso hay que intentar cambiarlo. No puede ser que a la hora de ver el aprecio de las distintas comunidades autónomas entre sí, salgamos mal en todos los aspectos: la región donde peor se vive; donde peor se come, etc. Es una imagen catastrófica que tenemos la obligación de revertir".