El jueves de la semana pasada funcionarios del departamento de ingresos del Centro Penitenciario de Badajoz incautaron a un recluso que regresaba de una salida programada para una consulta hospitalaria catorce paquetes que sumaban varios gramos de peso y que contenían cocaína y heroína, si bien se está a la espera de que los análisis en laboratorio confirmen que se trata de ambas sustancias.

Según se ha informado desde la Asociación de Funcionarios de Prisiones Tu Abandono me Puede Matar (TAMPM), el decomiso se produjo cuando los trabajadores públicos detectaron que un paquete de tabaco en poder del recluso presentaba signos de haber sido manipulado. Así, ante la sospecha de que pudiera contener algún tipo de sustancia prohibida, se procedió a abrirlo delante del interno, comprobando que en el interior de los cigarrillos se habían ocultado casi decena y media de pequeños envoltorios rellenos «de una sustancia marrón que supuestamente es heroína y otros con una sustancia blanca que supuestamente es cocaína», se explica desde el mencionado colectivo.

Al ser cuestionado el recluso por la procedencia de la cajetilla, este respondió que le había sido entregada por un familiar en el momento de su asistencia a la consulta médica. Los hechos fueron puestos en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado mientras que las sustancias se remitieron «directamente con su correspondiente parte de hechos a las autoridades judiciales a fin de la apertura de las diligencias oportunas».

Posteriormente, apuntó TAMPM citando a fuentes policiales, se procedió a la detención del familiar que al parecer había facilitado al preso la introducción de estas sustancias. Desde este colectivo se destacó la importancia de evitar que la droga entre en prisión y pueda ser consumida «por internos con graves problemas» de adicción, tanto porque «altera la convivencia» como por los problemas sanitarios que ocasiona.