Indignación entre un grupo de enfermeras y enfermeros que se examinaron el pasado 12 de mayo para lograr una plaza fija en el Servicio Extremeño de Salud (SES). Los opositores critican que no se ha realizado una oposición real de consolidación de plazas, «como se pedía desde la Unión Europea», y lamentan que el examen, como ya ocurrió en 2014, fue surrealista: «Ya no complejo, sino sin sentido y farragoso. Las notas no reflejan realmente lo que hemos estudiado. Fueron 42 páginas con 130 preguntas que restaban (por cada tres mal, una bien) y además el examen cuenta un 70% de la nota final y el concurso un 30%. En Madrid es un 50%-50% y fue un examen de 17 páginas y 100 preguntas más ajustadas al temario. Además por cada cuatro mal restaba una bien. Y en Andalucía, Canarias o País Vasco también se hicieron exámenes más ajustados y en condiciones más equilibradas», denuncian en un escrito. Por eso piden equiparar los exámenes y las condiciones con otras comunidades.

Ayer, algunas de ellas protestaron en Mérida, a las puertas del centro donde se desarrolló el debate electoral. Quieren visibilizar su malestar porque tienen claro que «lo que ocurrió el 12 de mayo no se puede modificar, pero sí se puede mejorar y mucho la manera de cómo hacerlo: que las reglas del juego sean más claras y concisas, un equilibrio entre comunidades, temarios cerrados con bibliografía, que tenga más peso nuestra experiencia...». Lamentan que la administración «no cuida a quien cuida, a la enfermería».