Los 28 de diciembre ya no son lo que eran. Hace años uno compraba el periódico para ver la "inocentada" que querían colarte ese día. Cogías la prensa deportiva y desayunabas con que Ana Obregón iba a ser la estrella de Real Madrid Tv, por aquello de su relación con Suker , con el "fichaje" de Garzón por el PP nada más dejar el PSOE, o con que Boris Yeltsin "se llamaba en realidad Juan Manuel Sánchez Fernández y nació en Ronda". Hoy no hace falta esperar al 28D para leer noticias que más bien parecen "inocentadas". Este viernes, sin ir más lejos, leíamos unas declaraciones del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón , sobre que "la ley del aborto es la más progresista del gobierno", y que es "equilibrada", sin decir entre qué o quiénes.

CON ESTA ley el gobierno acaba de abrir un frente peligroso en lo político y en lo social, que ya veremos como cierra. Hay un dicho muy antiguo: "nunca empieces una guerra que no estés convencido de poder ganar", que Gallardón parece no haber tenido en cuenta, ¿o sí? El ejecutivo ha encontrado fisuras incluso en su propio partido, no por recuperar los supuestos en lugar de los plazos, sino por ir más allá de la ley de 1985 y excluir las malformaciones del feto como causa de aborto, con el pretexto de que "no hay vidas de primera y de segunda", aunque a continuación se defienda el aborto en caso de violación... Dirigentes del PP como el alcalde de Valladolid, ginecólogo de profesión, o el presidente de la Xunta de Galicia, muy próximo a Rajoy , han pedido ya al ministro que revise el texto y consiga el máximo consenso, y todo apunta a que al final Gallardón tendrá que dar marcha atrás.

RAJOY, que parece querer contentar con la ley al ala más derechista de su partido, no puede permitirse abandonar el centro político, que es al fin y al cabo el que da o quita victorias electorales. Lo ocurrido con la reforma local puede ser un buen indicador. Se empezó diciendo que se fusionarían y suprimirían municipios, que se reduciría un 30% el número de concejales y que los alcaldes de pueblos pequeños dejarían de cobrar.

DE ESO ya no queda nada. ¿Es por tanto una estrategia legislativa, la de empezar por una ley de máximos e ir retocándola poco a poco hasta que sea aceptable por un mayor número de partidos? Siguiendo con las inocentadas, el lunes pasado el ex presidente del Sevilla, condenado a 7 años de prisión por el caso Minutas ("delito continuado de malversación agravada por el cobro de una serie de minutas por importe de 2,8 millones de euros"), anunció que solicitaba el indulto al gobierno con el argumento de que "no es necesario pasar por la cárcel para conseguir la reinserción" y porque "los 11 años transcurridos desde los hechos acreditan su plena integración en la sociedad, fin último y principal del ingreso en la cárcel". ¡¡Toma ya!! Que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dejen de buscar a los delincuentes, que la cárcel no vale para nada y si han pasado 11 años uno ya está integrado...

JAUME MATAS, el expresidente balear que se cubrió de gloria al asegurar en televisión que le daba a Urdangarin todo lo que le pedía "porque es el Duque de Palma", se ha unido a la fiesta de los indultos "por humanidad y proporcionalidad ante una pena muy corta", de 9 meses. Así que tomen nota, con 9 meses y un montón de juicios por venir tampoco se debe ir a la cárcel.

EL CASO es que da la sensación de que uno vive en un permanente 28 de diciembre cuando escucha a nuestros políticos tirarse los trastos a la cabeza sin pensar en el ciudadano que les está viendo. O cuando intentan ocultar la realidad con complicados giros lingüísticos, como si no nombrar un problema ayudase a su solución. Zapatero abrió el camino con la palabra "crisis", excluida durante meses de su diccionario, y Rajoy ha ido más allá. Tras evitar decir "rescate" y "Bárcenas" ahora toca "aborto", que pasa por ser "ese asunto". Aunque no son los únicos. De Guindos nunca habla de "subir el IVA", excepto para negarlo.

EN SU LUGAR, y para que se entere todo el mundo, tira de "gravamen adicional al consumo". Igual que Montoro , que no hace amnistías fiscales sino que toma "medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas", o Báñez , que aplaude la "movilidad exterior" de los españoles que salen del país por la crisis. Sólo falta que Moncloa nos sorprenda el miércoles con un "feliz decimocuarto año del segundo milenio después de Cristo", ¿no?