Los responsables de la investigación que se lleva a cabo por el robo de 20 fusiles de asalto y 10 pistolas la noche del domingo al lunes pasado en la Base General Menacho, de Bótoa, parece que trabajan ya con algunos indicios, datos que apuntan a un posible sospechoso, si no de haber perpetrado el robo, sí de ser al menos colaborador proporcionando información, según ha podido saber este diario de fuentes militares.

La tensión en la base se mantenía ayer tras conocerse en ciertos ámbitos que el Servicio de Seguridad de la brigada señaló al menos a una persona, informando de ello a la Guardia Civil. En concreto, según las fuentes consultadas, se trataría de un miembro del mismo regimiento del que se robaron las armas, el Castilla 16.

Entre tanto, el Jefe del Estado Mayor de Ejército de Tierra, Fulgencio Coll, ha apartado de sus funciones al jefe militar encargado de la seguridad de Bótoa. Asimismo, los componentes de la guardia durante la noche en la que se registró el robo dejan de prestar servicio de seguridad hasta que concluya la investigación. Tras esta decisión, la responsabilidad en materia de seguridad recaerá en el teniente coronel que actuaba como segundo jefe de seguridad.

Con esta medida, desde Defensa se quiere dar una prioridad absoluta a las investigaciones abiertas por los órganos judiciales, el Ejército de Tierra y la Guardia Civil, según indicó anoche el Ministerio en un comunicado.

El JEME ya ha informado a la ministra de todas estas decisiones, que tienen como objetivo resolver cuanto antes las investigaciones en curso.

En cuanto a la investigación, además de los agentes llegados de Madrid para colaborar en las pesquisas, al parecer se espera la llegada hoy de un experto, que señalaron como "un delegado especial", para sumarse a la investigación. Los comentarios dentro del cuartel es que "quien utilizó el Land Rover Aníbal conocía su sistema de puesta en marcha, pues no funciona como un coche normal". Estos vehículos, explican quienes los conocen, "no se pueden poner en marcha si no se conecta la corriente desde un lugar a los pies del asiento del pasajero; hay que activar el master; si no lo giras, nada, no se puede poner en marcha. Y quien lo utilizara, lo conocía".

Las mismas fuentes manifestaron que estos hechos indican "claramente que intervino alguien de dentro", y que "se sabrá quién ha sido, porque al final la gente conoce a las manzanas podridas".

Los investigadores de la Guardia Civil y un oficial de la Unidad de Seguridad tomaron ayer "declaración a 12 miembros de la brigada", una labor que continuará hoy y en días sucesivos.

Otras fuentes consultadas indicaron que el sargento que estaba de guardia la noche del robo realizaba esta función "por primera vez y que se comenta que a lo mejor la alarma saltó porque hubo unos pequeños cortes de luz y al mandar una patrulla a la valla y no ver a nadie, pensaron que podría haber sido un animal que chocó con la alambrada".