El presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago, se mostraba exultante. No en vano era el anfitrión de la Europa más influyente, que se citaba en un pequeño rincón de España, el cobijo que eligió Carlos V para despedirse del mundo y dedicarse al recogimiento y a la reflexión, el Monasterio de Yuste, para entregar un galardón al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Y ejerció. Llegó el primero. Recibió a las autoridades, atendió a los ciudadanos y charló con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pero no lo hizo del aborto, como muchos esperaban, sino del 'jet lag' del jefe del Ejecutivo central, de Europa, de Portugal y de su viaje a Estados Unidos. En Rajoy se evidenciaba locuacidad con gestos y movimientos de sus manos ante las atentas miradas de Monago, Fernando Manzano, presidente del Parlamento extremeño, y del delegado del Gobierno, Germán López Iglesias, mientras aguardaban la llegada del Príncipe de Asturias, del primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, de José Manuel Durao Barroso, de Joaquín Almunia y del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Para evitar el aburrimiento de la espera, un grupo de espontáneos, formado por niños y adultos, coreó los nombres de las autoridades mientras tremolaban banderas de España y Extremadura. Momento que aprovecharon Rajoy y Monago para acercarse, saludarles y hablar con ellos.

Pero el instante de apoteosis se produjo con la llegada de don Felipe. El príncipe, relajado, muy cordial y comunicativo, saltándose el protocolo, se aproximó a la comitiva de ciudadanos, besos a los niños, se hizo fotos, tomó instantáneas y descubrió las virtudes pictóricas una cría de Cuacos de Yuste que colocó un dibujo sobre la valla de protección.

Y, al final de la entrega del premio, Monago volvió a mostrar su lado más cercano al ciudadano. En la puerta del monasterio, cuando ya había despedido a las autoridades, cinco vecinas demandaron su atención. Se acercó a ellas, se fotografió con ellas y se rió con ellas sin la rigidez del protocolo.