Estudió bachillerato en el instituto El Brocense de Cáceres. Tiene tres ingenierías, todas de Informática. Trabajó como gestor de proyectos de nuevas tecnologías de la Uex y sacó una oposición de Secundaria para impartir Matemáticas. Pero esta es solo una parte del denso currículum de Jorge Luengo (Cáceres, 1984), mucho más amplio en su faceta de mago. Asegura que "siempre he hecho todo lo que me gustaba".

--¿Qué es la magia?

--Es un arte que, al igual que todas las demás, lo que pretende es impactar en el público. Pero para mí la magia es un arte que además de pretender impactar, lo logra. En contra tiene que es mucho más efímera. Dura un momento, justo el tiempo que el mago está en escena. Cuando este se va, la magia solo queda en el recuerdo de las personas. No hay ningún producto físico como en pintura o escultura.

--¿Qué la diferencia del ilusionismo?

--Se utilizan las dos palabras como sinónimos, aunque en realidad concebimos más el ilusionismo como la magia que podemos hacer los magos de carne y hueso; y la magia puramente como la que pueden hacer seres mitológicos, como el unicornio. Eso también se llamaría magia.

--¿En esta profesión qué funciona más rápido, la mente o las manos?

--La mente, que va muy muy por delante. Con las manos, después de haber pensado esa idea maravillosa, llegará el momento en que la mente logre ejecutarla. Habrá otras veces en que las manos no lleguen a ejecutarla. Pero nunca ocurre que las manos ejecuten algo que previamente no has pensado, diseñado o concebido. Y sobre todo después de haber practicado muchas horas, especialmente al principio. Luego practicas igual, pero ya no eres consciente de ello. Lo haces por inercia.

--¿Te han descubierto algún truco mientras actuabas?

--La verdad es que no, pero porque he tenido mucha suerte. Cuando presentamos un número hay que ejecutarlo a la perfección. Si no es perfecto, siempre aparece la frase "ahí hay algo raro". Un mago no puede permitirse el lujo de fallar. Tienes que practicar una y mil veces para que cuando lo ejecutes sea magia.

--¿Hay mucho intrusismo en vuestra profesión?

--Como en todas. La magia es una profesión un poco extraña, porque todo el mundo proviene de la afición. Nadie con cuatro años le dice a sus padres yo quiero ser mago. Pero llega un momento en el que te profesionalizas y decides que quieres vivir de ello.

--Haces magia incluso a través de la radio. ¿Hasta qué punto es eso creíble si la gente no te puede ver?

--Es un poco diferente, pero es igual que hacerlo a través de la televisión. Es un medio como cualquier otro que nos permite llegar a las personas y hacer verdadera magia.

--¿No hay ningún truco para hacer desaparecer la crisis?

--Eso ya más que un truco sería un milagro.

--¿Es verdad que se puede hacer desaparecer a una persona del escenario?

--Claro que se puede hacer desaparecer a una persona y hacerla aparecer en otro lugar sin que ella sepa cómo lo has hecho. Eso es lo bonito de la magia. Si yo tuviera que explicar a cada persona cada una de las cosas que hago, ya no haría magia, haría trucos.

--¿Cuándo te distes cuenta que la magia era tu pasión y que podías vivir de ello?

--Desde que era muy joven sabía que quería ser mago. Luego, cuando ves que el teatro se va llenando; cuando asumes que tienes que ir posponiendo contratos por que no puedes atenderlo por tus otros trabajos, es cuando te planteas si montas una empresa y que esta tenga futuro. Pero cuando das el paso y descubres que puedes vivir de la magia, para mí es un auténtico placer.

--Dadas tus habilidades, ¿te era difícil dar el cambiazo durante los exámenes?

--Elegí mal la carrera. Si hubiera elegido una carrera donde hay que aprenderse un tema y soltarlo hubiera sido más fácil. Pero donde había problemas y había que resolverlos, la técnica del cambiazo no servía.

--Eres autodidacta. ¿No te convencen las escuelas de magia?

--Yo vivía en Cáceres, donde no hay la posibilidad de tener acceso a una de ellas y a día de hoy agradezco no haber ido a ninguna, porque el estilo de magia que yo hago es diferente. Los alumnos que van a una escuela hacen más o menos lo mismo porque es lo que más le gusta al profesor. Yo como no tuve esa suerte, considero que hago una magia un poco distinta. Por eso estoy encantado de que haya sido así, aunque no sé cómo me hubiera ido yendo a una escuela de magia.

--¿Te gustaría montar una escuela de magia en Cáceres?

--Me encantaría. Pero el problema es que no tengo tiempo, aunque es una de las etapas por las que me gustaría pasar en mi vida.

--¿Han ayudado a la difusión de la magia libros y películas como Harry Potter?

--Creo que sí. La magia evoluciona. No nos podemos quedar anclados en el siglo XIX y limitarnos a sacar un conejo de una chistera. Gracias por ejemplo a Harry Potter, donde ves que los niños quieren llegar a ser magos, ayuda a que la magia esté hoy en día en auge.

--¿Es difícil crear nuevos trucos o ya está prácticamente todo inventando?

--Al contrario. Siempre se pueden crear cosas nuevas. Es como decirle a un cantante si puede escribir una canción que antes no se hubiera escrito. Las palabras y las notas ya están, pero ahora falta la combinación de unas y otras para lograr esas nuevas ideas que causen emoción en el público.

--¿Cuál es tu truco preferido?

--Aquel que estoy preparando. No hay ninguno del que pueda decir que me gusta más que otro. Todos me llaman mucho la atención y creo que aquel estoy construyendo es al que dedico todo mi esfuerzo.

--De los famosos para los que has actuado, ¿cuál se ha interesado más por lo que hacías?

--Hay muchas anécdotas. Colaboré con Alejandro Sanz y se interesó mucho por lo que hacía. Pero no podría quedarme con uno sin nombrar a los otros.

--¿Has desvelado alguna vez un truco?

--A otros magos sí, porque entre nosotros compartimos conocimientos. Todas las personas tenemos necesidad de compartir lo que hacemos. Como mago también, porque así mejoramos lo que estamos haciendo. No obstante, hay un límite entre lo que puedes revelar y lo que no.

--¿Cuáles son tus próximos proyectos?

--Estoy colaborando semanalmente en un programa de Telecinco como es 'Qué tiempo tan feliz'; también diseño un videojuego para una gran compañía de videoconsolas; y por si fuera poco estoy preparando una gira por toda España y Latinoamérica que iniciaré en los próximos meses.