Un día tuvieron que irse a buscarse la vida. Hoy vuelven a disfrutar de su pensión en su tierra, para la que pueden convertirse en en un potencial demográfico. Es la hipótesis que el sociólogo Artemio Baigorri planteó ayer, en la conferencia con que acompañó la presentación del informe sobre demografía del Consejo Económico y Social de Extremadura (CES) y en la que estuvo presente la vicepresidenta Dolores Aguilar.

En su intervención, Baigorri hizo un repaso de la historia de Extremadura, con diferentes modelos de adaptación al medio con el fallido regadío como última versión, lo que obligó a muchos extremeños a emigrar. Sobre los datos del estudio que publicó el año pasado y que revela que el 40% de los nacidos en Extremadura viven fuera (unas 400.000 personas), Baigorri señaló un fenómeno actual: la vuelta de estos emigrantes, una vez jubilados.

Ellos, junto con personas de su entorno ante las que han actuado como "embajadores" de Extremadura, pueden tener un gran potencial demográfico. No solo por su propia aportación, sino también por la necesidad de servicios que este colectivo demanda y que supondría un nicho de empleo que atraería a gente joven.

"Es una hipótesis; igual que la región ha logrado ´pegar un bocado´ al turismo de playa, podría ser en un destino de ´retiro de interior" y competir, por ejemplo, con el Levante, donde viven muchos jubilados europeos".