Los juzgados de la región atendieron durante el pasado año un total de 16 denuncias por acoso laboral en el trabajo, lo que indica que la sociedad extremeña empieza a tomar conciencia de un problema que afecta al 16% de la población activa, indican desde la Asociación de Acoso Moral en Extremadura. A pesar de ello, la región --junto con Canarias, Ceuta y Melilla-- es una de las comunidades en donde menos demandas se han registrado, con cifras muy inferiores a las de Madrid y Cataluña, que en la actualidad ocupan las primeras posiciones.

Según el colectivo extremeño, los casos de mobbing --como se conoce al acoso laboral-- que se producen en la región se dan, principalmente, en las administraciones públicas, los hospitales, el ejército, la banca y las grandes empresas. Además, indican desde la asociación, estos lugares suelen presentar como característica común una estructura obsoleta y problemas internos.

DIFERENTES DEMANDAS

De las 16 demandas presentadas en la región, siete se han realizado apoyándose en el artículo 175 de la Ley de Procedimiento Laboral (cuando un trabajador, invocando un derecho o interés legítimo, considera lesionados los derechos de libertad sindical), cinco se basan en el artículo 17 del Estatuto de los Trabajadores (atiende a los aspectos de discriminación en las relaciones laborales) y cuatro se apoyan en el artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores (que regula la causas para que el trabajador pueda solicitar la extinción del contrato). El acoso moral como tal no está tipificado en el Código Penal, pero puede incluirse en el grupo de delitos de coacciones y amenazas, algo que los tribunales ya están empezando a aceptar.

No obstante, todos los colectivos implicados en la defensa a las víctimas de malos tratos en el trabajo inciden en la importancia de saber distinguir qué situaciones son reconocidas como mobbing . Aunque el concepto de acoso moral no está regulado en la legislación española, los tribunales aseguran que se trata de una situación de violencia psicológica sobre el trabajador que se produce de forma reiterada en el tiempo y cuyo fin es el de perjudicar al acosado hasta conseguir que abandone su puesto de trabajo.

El último estudio sobre los malos tratos laborales, elaborado por la Universidad de Alcalá, indica que una de las consecuencias de este tipo de acoso son los daños psicológicos. El informe destaca que la mitad de las personas que padecen mobbing tiene secuelas en su salud.