Mayo y junio son meses de evaluación y exámenes en cualquier universidad, pero también de celebración y de graduación, un acto importante que marca el final de la etapa universitaria y el comienzo, en la mayoría de los casos, de la vida laboral. Pero en este curso extraño marcado por el coronavirus nada ha sido como estaba previsto. «Los alumnos ya tenían fecha para la graduación en el Palacio de Congresos de Cáceres, el catering reservado para la cena posterior y hasta los trajes y los vestidos, pero tuvieron que suspenderlo todo», cuenta Gemma Delicado, profesora del grado de Educación Primaria Bilingüe en la Universidad de Extremadura.

Ella es una de las artífices de que aquella graduación anulada se haya podido llevar a cabo, a pesar del confinamiento y las restricciones. Fue una graduación virtual, una iniciativa pionera dentro y fuera de la región que ha captado la atención de varias universidades. «Hablando con mi compañera de doctorado Cristina Manchado, se nos ocurrió que teníamos que hacer algo porque la graduación es un momento único para cualquier estudiante. Es un acto importantísimo para los alumnos, pero también para las familias. Hay muchos casos de estudiantes que son la primera generación universitaria y eso tiene mucho valor. Esto supone no solo mucho esfuerzo académico para el propio estudiante, sino también un esfuerzo económico para la familia, que siempre está detrás acompañando», cuenta la profesora Delicado.

Al principio pensaron en un vídeo, pero se acabaron animando a ir más allá e idearon un acto solemne pero virtual que además fue totalmente sorpresa hasta el día antes de la graduación. El jueves anterior al evento online, enviaron a todos los alumnos una invitación con el enlace correspondiente para entrar en el evento. «No podían quedarse sin el momento más importante de su vida académica». Al día siguiente los 65 estudiantes estaban conectados a Zoom para celebrar su graduación.

«Les dijimos que se pusieran sus trajes y vestidos de fiesta que tenían preparados y la sorpresa nos la llevamos nosotras cuando los vimos a todos bien arreglados en los salones de su casa y rodeados de sus familiares, de sus padres, de sus hermanos, de sus abuelos. Fue un momento muy emocionante porque ha sido un final de curso duro para todos y más para ellos con la incertidumbre de cómo iban a terminar sus carreras, si iban a poder hacer sus prácticas, hay gente que lo ha pasado muy mal y verlos ahí a todos rodeados de sus familias fue muy guay. Es importante este tipo de actos para cerrar un ciclo. Yo pienso en mi graduación y en la emoción que vivieron mis abuelos ese día. Hay muchos alumnos que son la primera generación de su familia en llegar a la universidad y verlos graduándose es una de las cosas más importantes de la vida», señala Delicado.

Luego llegó la solemnidad habitual, los discursos de sus profesores, del delegado de clase, del decano de la Facultad de Formación del Profesorado y de la vicerrectora de Estudiantes, que aceptaron la invitación hecha 'in extremis'. «Todo el mundo apoyó muchísimo la idea y los estudiantes lo han agradecido mucho». Y tras el acto oficial, los graduados se quedaron de 'after-party' virtual. Ahora sí se puede cerrar un ciclo.