Cien mujeres de Cabeza del Buey acaban de vivir en sus carnes el lado oscuro de la globalización económica y las dificultades para competir en salarios con países como Polonia, República Checa o Eslovaquia. Hace casi un año estas mujeres perdieron su empleo en CBC Industrial, una cooperativa local que fabricaba por encargo de la multinacional Lear cableado para coches Volvo. Esta decidió cerrar su planta de Cervera (Lleida) y trasladar su producción a Polonia para ahorrar costes laborales y fiscales, lo que arrastró a la clausura a la sociedad pacense.

Lo nuevo de la historia es que desde entonces el Ayuntamiento de Cabeza del Buey, con José Muñoz a la cabeza, inició una batalla de negociaciones con fabricantes de piezas para automóvil y empresas intermediarias para intentar reconducir la actividad de CBC Industrial y lograr que la cooperativa asumiera nuevamente trabajo de alguna multinacional. Tras arduas conversaciones y viajes a Portugal y Cataluña del alcalde, se consiguió arrancar de Lear un compromiso para ceder a CBC Industrial el montaje de cableado de otras marcas de coches, lo que aseguraba tajo para "80 ó 90 personas".

Según explica José Muñoz, en noviembre pasado Lear ya se había comprometido a montar en la sede de CBC una nueva línea de fabricación de cableado del automóvil, pero previamente exigió una serie de reformas en las instalaciones, en las que el ayuntamiento invirtió 18.000 euros (tres millones de pesetas). Pero los Reyes Magos trajeron malas noticias y en la segunda semana de enero el alcalde recibió la llamada de una empresa intermediaria entre Lear y CBC Industrial --encargada de la gestión de los pedidos-- para comunicarle que el trabajo no se haría en Cabeza del Buey sino en un país del Este, probablemente Eslovaquia.

Muñoz se lamenta de cómo ha terminado este culebrón y asegura que desde el ayuntamiento se ha hecho lo posible por reconducir la situación. "Lo que más me preocupa es que hay 80 personas que se han quedado sin trabajo", explica. CBC Industrial funcionó sólo un par de años, a pesar de que Lear aseguró trabajo hasta el 2006.

Tras casi un año de negociaciones para arrancar una nueva concesión de Lear, la cosa no ha terminado bien, la cooperativa está parada y las mujeres han decidido buscarse la vida en otro sitio. "Esto es fatal. Esta política puede hacer daño a toda España, no sólo a Extremadura. Si toda la mano de obra intensiva se traslada a Marruecos y este de Europa, esto puede ser problemático".