"Mi marido se retiró en esta casa junto a la iglesia de Santo Domingo con su filatelia y su música clásica y eso fue el final de mi matrimonio. Me metí en Cáritas, fundé el centro de minusválidos de Trujillo, hice un montón de cosas divertidas y acabamos separándonos. De eso hace 17 años. En las parejas no se envejece a la misma velocidad. Un marido aquí quieto y yo haciendo cosas ahí fuera, era imposible. Yo soy todavía muy loca y mi marido sólo veía el dinero, estaba muy apegado a la realidad. Hice un curso de guía turístico, me metí en la oficina de turismo, tenía un taller ocupacional y todo lo hacía de manera voluntaria. Si me hubieran pagado, a mi marido no le hubiera importado, al hacerlo gratis, él creía que perdía el tiempo".