Casi un centenar de vecinos de Castillo, una de las alquerías de Pinofranqueado, en Las Hurdes, pasaron la madrugada del martes casi en vela y con la mirada puesta en un monte de pinares que horas antes ardía en llamas. Unos vecinos, que en una noche cálida envuelta de humo, solo escuchaban el ensordecedor ruido de los motores de los vehículos de los retenes y camiones de bomberos que iban y venían para controlar lo que eran ya los resquicios de un fuego que se iniciaba el día antes por la tarde y que tuvo amenazados a los vecinos de esta alquería de una posible evacuación que afortunadamente al final no se produjo. "Yo estaba tranquilamente en mi casa con mi madre y vino mi primo corriendo a avisarnos, salimos rápidamente a coger mangueras", recuerda Sara Sánchez, una joven que tiene su casa a unos 100 metros de donde llegaron las llamas en la alquería de Castillo. "Hacía aire y traía el humo hacia nosotros aunque afortunadamente luego cambió la dirección y eso nos ayudó", explicaba ayer por la mañana ya más tranquila.

La mayoría de los vecinos resaltaron "el gran trabajo", dijeron, de los retenes y bomberos y "la rapidez y coordinación" con la que, según ellos, trabajaron los efectivos del Plan Infoex y bomberos. Una actuación que evitó un mal mayor y que deja 50 hectáreas quemadas, según confirmó la alcaldesa, Vanesa Martín. No obstante, el miedo es libre y en los momentos más tensos de la noche del lunes hay quien no dudó en preparar un bolso por lo que pudiera pasar. "La gente salió a la calle, algunos cogieron el coche y salieron de la alquería, cuando la Guardia Civil nos avisó de que estuviésemos preparados para una posible evacuación, no dudé en preparar mi bolso y también el de mi abuela", explica Rebeca Serrano, que llegó de Madrid para pasar unos días en Castillo junto a algunos familiares.

Manuel Martín, que reside en Bilbao y se encuentra en Extremadura para pasar el verano, tuvo mejor suerte dado que el incendio le cogió fuera de la alquería, a cinco kilómetros de distancia. "No pasamos miedo porque en todo momento sabíamos lo que iba ocurriendo con el incendio, nos comunicábamos por teléfono con gente del pueblo y nos decían que estaban bien, el trabajo de los efectivos ha sido muy bueno", manifestó. Más nervioso se mostró Santiago Serrano que estaba en la alquería la tarde del lunes. "Vi las llamas cerca del pueblo, fuimos corriendo a por mangueras para mojar el terreno, nos tranquilizamos cuando vimos un gran número de helicópteros", explica este vecino de Castillo que asegura que apenas durmió esa noche "por el miedo a que el fuego se reactivara", confesó.

Efectivos trasladados

Al igual que la mayoría de los vecinos, Santiago alabó el trabajo de los efectivos que se trasladaron hasta Las Hurdes. "Creo que todos nos sentimos protegidos porque los efectivos trabajaron muy bien y vimos un gran despliegue de medios, eso nos tranquilizó", añadió. Aún así, los habitantes de esta pequeña alquería de Pinofranqueado reconocen que están acostumbrados a estos sustos, incluso a algunos de mayor repercusión. "Aquí hemos sido testigos de varios incendios peligrosos, hubo uno en el 2003 y otro de mucho peligro hace trece años donde se quemaron 16.000 hectáreas", recordó Santiago que hace poco también vió cómo el lugar en el que se encuentra, en la comarca de Las Hurdes, vió las sombras del incendio que recientemente ha afectado a Portugal.

Quien también ha sido testigo directo de las llamas que rozaron las casas de Castillo ha sido Jesús Martín, que vive en Getafe (Madrid) y estos días los pasa de descanso en su casa en la alquería extremeña. "Subimos al balcón de casa varias personas y el panorama era impresionante, se veían las llamas muy altas, no llegamos a temer por las vidas, pero sí por nuestras casas", aseguró Martín.

Quienes pasaron menos miedo fueron los vecinos de Las Erías, la otra alquería de Pinofranqueado a muy poca distancia de Castillo. En el caso de Las Erías sus vecinos apenas vieron las llamas puesto que la alquería se encuentra en la parte trasera del monte quemado, aunque sí estuvo a punto de evacuarse el lugar por prevención. "En Las Erías no pasamos miedo, aquí la gente estaba tranquila", comentaron Noelia Parra e Isaac Sánchez.