Uno de los compromisos del pasado verano del Ministerio de Fomento para evitar los continuos incidentes en el tren (al menos los más graves) fue la sustitución progresiva de 11 locomotoras modelo 598 por otras tantas del 599, «el doble de fiables», aseguraron entonces. Esta renovación acabó por completo el pasado mes de mayo, pero la realidad es que las averías se siguen produciendo.

Los trenes de la serie S-598 tienen una antigüedad mínima de 15 años y, argumentaron desde Renfe, concentraban el 72% de las incidencias motivadas «por problemas del material en la región».

Los de la serie S-599 no son nuevos (ocho años de antigüedad), pero sí más modernos.

«También hay un talgo adicional permanentemente y personal de mantenimiento en cada uno de los trayectos», subrayó ayer la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco. En el segundo caso se refiere a la figura del mecánico en el tren que tanto dio que hablar y que aún no queda claro en qué servicios está.

Renfe también se comprometió a principios de año a cambiar 40 motores con plazo máximo hasta mitad de 2020. No han comunicado aún cuántos de estos han sido ya reemplazados.

También aseguraron desde Fomento que se elevarían las indemnizaciones a los pasajeros afectados, pero ese incremento ha sido mínimo. En el Regional si el retraso es de más de media hora se sube del 25 al 50% (si es de más de una hora se devuelve el 100%, como ya ocurre). Y en el Talgo hay otra pequeña mejora: el 100% si la demora supera la hora (ahora solo se devuelve si sobrepasa los 90 minutos).