Las horquillas sobre el pavimento empedrado, las cadenas de los penitentes resbalando entre sus pies, una saeta de hondo sentimiento, una cigüeña que bate sus alas sobresaltada, el suspiro de un cofrade, pero nada más, solo el silencio contenido de las miles de personas que acuden a contemplar el paso de las procesiones. Es la noche cacereña del Martes Santo, que saca a la calle dos bellas imágenes del siglo XVII acompañadas de cortejos especialmente recogidos: Jesús del Perdón y Cristo del Amparo. Hoy volverán a cruzar los umbrales de sus templos si la lluvia lo permite, aunque las previsiones son de momento las peores posibles, con agua asegurada a todas horas.

A las 20.30 se espera la salida del primer paso desde la iglesia de San Juan, a hombros de la Hermandad de los Ramos, Cristo de la Buena Muerte, Virgen de la Esperanza y San Juan Bautista. Jesús del Perdón, talla anónima de la escuela barroca salmantina, rescatada de la iglesia de Granadilla cuando el pueblo quedó rodeado por el agua, procesiona desde 1996 escoltado por esta cofradía con iconografía de ecce-Homo (le fue suprimida la cruz que portaba como nazareno). Llevará su túnica morada del Taller de las Mercedes de Sevilla, cruz de oro sobre el pecho diseñada por Dalí y legada en testamento por Mercedes Calles, cíngulo dorado estrenado en 2008 y los guardabrisas que embellecen sus andas de nogal.

La cofradía ya quiso poner el acento en el recogimiento de esta procesión el año pasado, cuando marchó por primera vez sin ningún acompañamiento musical. Hoy introducirá un cambio en el recorrido para hacer hincapié en este propósito, eliminando el paso por la bulliciosa plaza Mayor. En su lugar, transitará por las estrechas calles intramuros. Ya en la sede del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, se realizará un sencillo acto de oración con motivo de la liberación de un recluso, indulto que cada año concede la cofradía a través del Ministerio de Interior, conforme a la legislación penitenciaria (son internos a punto de terminar su condena). No obstante, y por primera vez, el liberado no se incorporará a la procesión por motivos que la hermandad respeta.

AMPARO: DECISION COMPLEJA Y a las 23.00 horas, desde su ermita en la Montaña, comenzará el lento descenso de la cofradía del Amparo, la más austera de la Semana Santa cacereña, donde todos los hermanos interiorizan el sentido de la estación de la penitencia y procesionan en completo silencio, tras el juramento previo, solo acompañados por un timbal destemplado. El Cristo del Amparo, un nazareno tallado en 1671 a partir de una pieza traída a Cáceres por el escribano Diego Durán de Figueroa, estrenará nueva cruz donada por una familia, igualmente rústica pero más proporcionada respecto a la imagen.

Este año, la hermandad contará por primera vez con una estructura cubierta cedida por Aossa Extremadura, que permitirá montar las andas y la ornamentación (solo sencillas flores del campo) en el exterior, pendientes de que la imagen pueda incorporarse al anochecer si las previsiones del tiempo mejoran. Pero el Amparo es especial incluso en su recorrido. En caso de lluvia, el paso no podría guarecerse en ningún recinto hasta llegar a Santiago, bajando a campo abierto en su primer tramo. Por ello, su directiva tendrá la última palabra, y en ella pesará mucho la responsabilidad de un paso de cuatro siglos.