Más de un centenar de especies típicas de la flora extremeña están en peligro de extinción o amenazadas. Así lo señaló ayer el director general de Medio Natural de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente, Guillermo Crespo, que indicó además que "seis especies, entre ellas el tejo, el acebo, el roble y el abedul se encuentran en una delicada situación e incluso otras, como la sagitaria sagitifolia (conocida como ´saeta de agua´ o ´cola de golondrina´) se han extinguido en los últimos años".

El director general proporcionó estos datos en la presentación del Catálogo regional de especies vegetales amenazadas de Extremadura , una guía editada por la Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural que será "una herramienta fantástica y de referencia, de gran utilidad para los científicos y la Administración en la toma de decisiones referentes a las declaraciones de impacto ambiental". Un libro que con la catalogación de 136 especies, se une a otros estudios ya publicados, como el de las aves.

Según Crespo, "la salud de la flora extremeña es bastante buena", ya que el conocimiento de su situación mediante estudios de este tipo "ha permitido atajar el problema de especies que hace unos 500 años contaban con 500 ejemplares y ahora hayan alcanzado los 5.000". A su juicio, "con esta base de datos actualizada se garantiza la rigurosidad de las actuaciones tanto para la conservación de las especies amenazadas como en la lucha contra especies invasoras que afecten a la supervivencia de las autóctonas".

ACTUACIONES En este sentido, el director ha destacado las acciones llevadas a cabo en el área de Monfragüe, donde se han conseguido erradicar por completo los eucaliptos, o en la del Tajo-Internacional, donde se ha hecho lo propio con las mimosas.

Dentro de la estrategia con respecto a la flora, Crespo también ha señalado la creación de un banco de germoplasma en la finca La Orden, así como una pequeña unidad en Los Hornos (Sierra de Fuentes), donde se está aglutinando la mayor reserva de semillas de flora extremeña para hacer frente a una hipotética desaparición. Además, según ha referido, "el conocimiento de la situación de la flora ha permitido que la Junta ponga en marcha planas de conservación --como los que se están llevando a cabo con el abedul, el roble, el acebo o el tejo-- y ha señalado que con otras especies en situación delicada de las que solo existen dos ejemplares macho se opta por la búsqueda de programas de reproducción con especies traídas de Andalucía.

No obstante, ha indicado que no se puede hablar de zonas concretas de la región con especies vegetales amenazadas, aunque ha señalado que "las especies acuáticas tienen mayor riesgo porque en estos hábitats proliferan con más facilidad las especies invasoras".