El registro que los agentes de la Guardia Civil iniciaron a primera hora del miércoles en la sede regional de UPA-UCE culminó ayer minutos después de la una de la tarde. 27 horas de trabajo en las que los investigadores pudieron reunir más de 20 cajas repletas de documentos, carpetas y archivos informáticos. Son «pruebas de convicción» y ya se encuentran a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Mérida, que entiende la causa.

La jornada en la capital autonómica fue maratoniana no solo para los agentes, acompañados en todo momento por tres de los siete detenidos (Ignacio Huertas, Miguel Leal y José Cruz, que fueron trasladados sin esposas y en un furgón a la Comandancia de la Guardia Civil en Cáceres cuando terminó el registro para prestar declaración), sino también para los trabajadores de la organización, que no pudieron abandonar las oficinas situadas en el polígono Cepansa, a unos metros de la Consejería de Agricultura, hasta las tres de la madrugada. H