El número de estudiantes desocupados que buscan empleo ha crecido un 22,4% respecto al 2018, según Randstad, a partir de datos del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE). La situación extremeña contrasta con la media española, que ha disminuido un 12,1%. Extremadura y Baleares se convierten en las dos únicas comunidades donde el paro estudiantil crece.

Desde 2015, el número de estudiantes parados ha venido disminuyendo a nivel nacional en un 31,7%, que se traduce en 21.600 personas menos. La de este año 2019 es la tercera cifra más baja registrada desde 2008. En España también se han reducido las diferencias entre mujeres y hombres. El volumen de estudiantes paradas mujeres sigue siendo superior pero, en el 2008, la diferencia era de un 60,4% y en el 2019 se ha reducido a un 14,1%. Este año un 53,4% son mujeres.

Buenas noticias para el país pero no para Extremadura, la segunda CCAA con un mayor crecimiento de estudiantes desocupados en búsqueda de empleo. Este aumento es más acusado en la provincia de Badajoz, de un 30,2%, el triple que en Cáceres, con un 10,9%. En mayo de este año se han registrado 2.425 estudiantes en esta situación en Extremadura, frente a los 1.981 que se registraron el año pasado.

La cifra de estudiantes parados crece y los datos en emigración juvenil no son alentadores. 4.200 personas de entre 20 y 29 años se marcharon fuera de Extremadura en 2018 con la esperanza de encontrar una oportunidad laboral. El 60% de la población perdida. Los números indican que las oportunidades se reducen cada año para aquellos que se quedan.

Aunque Extremadura no ha tenido un crecimiento tan abultado en estos datos como Baleares con un 205,5%, se encuentra en una situación desfavorable respecto al resto de comunidades, cuyas cifras registran descensos en todos los casos, con porcentajes que destacan como el 37,2% menos de estudiantes parados en Cantabria.

En el estudio, el SEPE ha considerado estudiantes los menores de 25 años y los mayores de 25 años que demandan su primer empleo.