Un total de 1.086 alumnos, matriculados en los programas 2 y 3 del Proyecto Ítaca destinado a la formación de personas adultas que abandonaron los estudios a edades tempranas, iniciaron ayer las clases. Previamente, los docentes han realizado un curso de formación para preparar una metodología «innovadora» adaptada a las necesidades del alumnado adulto.

Los cursos del Proyecto Ítaca responden a una «necesidad social» demandada por un porcentaje significativo de la población en edad adulta que, por diversas circunstancias, ya sean personales, familiares o motivacionales, dejaron los estudios y desean volver a formarse, según explica la Junta en una nota. Este programa, que se desarrolla en los Centros de Enseñanzas de Personas Adultas y en las aulas delegadas de estos centros, pretende la empleabilidad del alumnado y por eso cuenta con nueve orientadores educativos.