La llaman la enfermedad de la sociedad moderna y la padece la mitad de la población extremeña. Hablamos del sedentarismo o ese modo de vida ajeno al ejercicio físico. Las últimas estadísticas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte señalan que el 53% de los extremeños mayores de 15 años no ha practicado deporte en el último año. El resto, el 47%, sí lo ha hecho y cada año son más los que pasan a engrosar esta última cifra, según la Encuesta de Hábitos Deportivos, elaborada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Los datos han mejorado: en el año 2013, apenas el 30% de los extremeños reconocía practicar deporte frente al 47% a cierre de 2015.

Pese al incremento progresivo, Extremadura es la tercera comunidad autónoma más sedentaria del país en cuanto a la práctica deportiva se refiere, por detrás de Galicia y Castilla-La Mancha. A la cabeza, las Islas Baleares donde el 61% de sus vecinos 'se mueven' habitualmente.

"NECESITAMOS MOVERNOS" Las consecuencias de esa falta de actividad, avisan los expertos, pueden ser cruciales para la salud de las personas. "El ser humano está hecho para moverse; el sedentarismo es un factor de riesgo clave para determinadas enfermedades. Una persona activa va a tener desde menos posibilidades de tener obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer hasta también tener menos problemas de salud psíquica. El ejercicio físico disminuye los índices de depresión, el riesgo de ansiedad y el estrés. En definitiva, contribuye sensiblemente a mejorar la calidad de vida y eso repercute también en el sostenimiento del sistema sanitario porque se gastarán menos fármacos y habrá menos consultas", resume Eulalio Ruiz, médico de la Dirección General de Salud Pública de la Junta y uno de los responsables del programa Educación para la Salud que desde el año 2005 promueve una actividad física amena en los centros escolares de la región.

Ruiz destaca que frente a los datos que maneja el Ministerio de Educación sobre la práctica deportiva, en el departamento de Sanidad trabajan con las estadísticas de la Encuesta Nacional de Salud --la última relativa a los años 2011-2012-- que mejora el porcentaje de los extremeños que declaran inactividad física. Según esta encuesta el índice de sedentarismo total no es del 60% sino del 42,3%, que es el porcentaje de extremeños que no realiza ninguna actividad física --en la que se incluye cualquier deporte--, dos puntos más que la media nacional del 40%. "Pero esta misma encuesta en 2001 elevó el porcentaje de inactividad hasta el 50%, hemos mejorado mucho", dice. La mejora se evidencia también en los últimos datos disponibles sobre los hábitos deportivos, donde hay aspectos que superan la media nacional.

Es el caso de aquellos que se enfundan el chándal y las zapatillas de deporte todos los días. En Extremadura son el 22% de los activos y en el conjunto nacional no llegan al 20%. Entre el total de practicantes, hay otro 41% de extremeños que reconoce que realiza deporte al menos una vez a la semana, un 45% que hace lo propio solo una vez al vez y otro 45% más perezoso que solo práctica alguna actividad deportiva al menos una vez cada tres meses. El tiempo medio es de 283 minutos semanales, el cuarto más bajo del país tras Madrid, Cantabria y Cataluña. De media, los españoles emplean 312 minutos semanales, según el ministerio.

FALTA TIEMPO E INTERES Entre las motivaciones principales están ponerse en forma, pasar un rato entretenido y cuidar de la salud y apenas un 10% admite que le gusta el deporte. El informe del Ministerio de Educación también recoge las motivaciones de los que, al contrario, no realizan actividad física: el 60% reconoce que es por falta de tiempo y de interés.

¿Y qué deporte practican mayoritariamente los extremeños? El ciclismo lidera la clasificación, una modalidad que practica el 22,7% de los activos. Gimnasia (suave y moderada), natación, footing (o running), senderismo y fútbol 7 y 11 continúan, por este orden, el ránking.

La práctica de deporte se incluye en la promoción general del ejercicio físico en la que trabajan desde la Administración regional especialmente desde hace once años cuando se puso en marcha la Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) frente a la obesidad en todo el país. "Lo que promovemos es la idea de alcanzar los 30 minutos de ejercicio físico diario que recomienda la Organización Mundial de la Salud para conseguir los beneficios que otorga la práctica de actividad física en la salud, que son muchísimos", explica el doctor. El médico señala que hay una relación muy estrecha entre la obesidad y la diabetes mellitus tipo 2 --la tipo 1 es infantil y no está asociada con los hábitos saludables--. "Sin ejercicio físico vas a tener una posibilidad de desarrollar este tipo de diabetes mucho mejor que si eres sedentario", advierte.

Esa promoción de los hábitos saludables, en general, se realiza especialmente entre niños y jóvenes en los centros: "intentamos que la práctica física sea agradable porque sólo así repetirán y acabarán adquiriendo el hábito". Y a su vez, a través de la actividad física, en el ámbito educativo se consigue reducir los índices de agresividad,

de acoso escolar e incluso se puede mejorar en el rendimiento, indica. Pero el objetivo principal es reducir la obesidad, cuyos índices en Extremadura se sitúan en torno 30% --tres de cada 10 niños--, por encima de la media nacional. "Si esa obesidad no se corrige en la adolescencia, las posibilidades de que se corrija en la edad adulta son mínimas y eso está detrás de la diabetes y de las enfermedades cardiovasculares, entre otras, por eso los esfuerzos están centrados en las edades más tempranas".

La actividad física siempre ha estado asociada a la calidad de vida y en boca de los profesionales sanitarios que la recomiendan a sus pacientes habitualmente e incluso empieza a haber prácticas de prescribir ejercicio físico. "Se trata de un paso más que la recomendación, es utilizar el ejercicio como una herramienta más para tratar enfermedades". De momento, es una práctica que no está regulada mediante ningún estándar común en el ámbito sanitario pero empieza a promoverse por sus múltiples beneficios.