Hace ya dos años que en la Asociación Extremeña de Cooperación Este-Oeste (AECEO) comenzamos a trabajar en la cooperación entre Extremadura y la República de Bulgaria, centrándonos no solo en fijar relaciones en el ámbito político y económico, sino también social y cultural (con sindicatos, oenegés...). Una vez tejido ese entramado, nuestra tarea ahora es analizar en profundidad la situación de Bulgaria y ver cómo Extremadura puede complementar a este país, o sea, identificar cuáles son sus intereses mutuos.

Al mismo tiempo, el objetivo del seminario que hemos llevado a cabo esta semana ha sido abordar cómo convertir nuestros contactos en actividades concretas, como la puesta en marcha de proyectos empresariales conjuntos. Además, el Gobierno búlgaro tiene un gran interés en colaborar con el extremeño para aprender de su experiencia en la gestión de los fondos estructurales europeos en los últimos 20 años, ahora que Bulgaria se ha incorporado a la UE.

En cuanto a las supuestas barreras que pueden separar este país de la región, creo que más que la distancia, debemos de hablar del desconocimiento mutuo. De hecho, ambas zonas están a solo dos horas de viaje, por lo que en la AECEO defendemos que Bulgaria no está más alejada que Castilla-La Mancha o Cataluña.

Además, nosotros primamos los puntos de encuentro y, sobre todo, uno: la república búlgara está ahora en una situación similar a la de Extremadura hace una década. Por ello, debemos proporcionarles nuestra experiencia en el proceso de integración y aprovechar nuestras complementariades para fraguar un proyecto de cooperación muy interesante.