El matrimonio parece haber entrado en una importante crisis en la región. Cada cinco horas se produce una ruptura, una cifra que no para de crecer y que de seguir a este ritmo supondrá que en poco más de cuatro años los divorcios y las separaciones superarán ya a los matrimonios que se celebran anualmente en la comunidad extremeña.

Esta situación no es sólo patrimonio regional, en España las cifras son aún más alarmantes: cada 4,6 minutos un matrimonio español termina su relación. Esta semana el Instituto de Política Familiar presentaba el informe Evolución de la familia en España , en el que se indicaba que la cifra de rupturas matrimoniales alcanzó en el 2002 las 115.000 en el país, un 11% más que el año anterior. Una cifra de la que Extremadura no está muy alejada ya que, según los datos de los juzgados de Familia de la región, el incremento superó el 10%.

Según el presidente del citado instituto, Eduardo Hertfelder, en estos momentos la situación es tal que "las rupturas matrimoniales están creciendo a ritmos más acelerados que la creación de nuevos matrimonios".

Por provincias

En cuanto a las rupturas que se producen en la región, seis de cada diez ocurren en la provincia pacense y del total, el 67% son separaciones y el 33% divorcios. Un dato curioso es que las rupturas han pasado en Extremadura de los 870 divorcios y separaciones que se tramitaron en 1991 a los 1.717 del 2002, lo que significa que en sólo diez años la cifra se ha doblado.

A pesar de ello, Extremadura, junto con Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía, es una de las comunidades autónomas que registra una de las mayores tasas de bodas --principalmente celebradas por el rito católico, que supone un 80% del total--, mientras que en cuestiones de separaciones y divorcios la región mantiene una de las medias más bajas del país.

Otro de los aspectos que destaca el informe es que estas uniones duran cada vez menos tiempo y celebrar las bodas de plata parece haberse convertido en toda una hazaña. Más de la mitad de los matrimonios que se separan --el 52%-- no llegan a superar los diez años de duración, mientras que el 69,3% se separan antes de los quince años de unión.

Desde el Instituto de Política Familiar se ha dado la voz de alarma. Para Hertfelder es urgente reorientar las políticas que las distintas administraciones vienen desarrollando en esta materia y argumenta que una de las consecuencias más graves de las rupturas matrimoniales es el trastorno que sufren los hijos de la pareja. La separación de los padres, aseguran, puede provocar en los hijos cambios de personalidad y problemas en el colegio.

En cuanto a las causas, la infidelidad es la principal razón de que una pareja decida poner fin a su matrimonio, ya que provoca una de cada cinco rupturas. Otros motivos son la inmadurez de algún miembro, la pérdida de interés, los malos tratos o el incumplimiento de las obligaciones familiares.