Aprovechar la infraestructura existente antes que construir otra completamente nueva. Este planteamiento, que fue por el que ya apostó la Junta, es el que ha obtenido luz verde en el estudio de impacto ambiental de la futura autovía que unirá Cáceres y Badajoz, la Ex-A4. Hace algo más de un año, el Diario Oficial de Extremadura (DOE) publicó el estudio informativo del citado proyecto, en el que el Gobierno regional se decantó por el primero de los tres trazados que manejaba, el que más aprovecha la actual conexión entre ambas capitales provinciales, y ayer el boletín publicó el visto bueno de la Dirección General de Evaluación y Calidad Ambiental, dependiente de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente.

Este organismo elige así la "alternativa 1" que, según destaca en su resolución: "utiliza en su mayor parte el corredor definido por la carretera existente". Por el contrario, considera que las otras dos opciones "tendrían un elevado impacto ambiental al suponer nuevos corredores en la totalidad o gran parte del proyecto". Dentro de la opción seleccionada, Medio Ambiente elige las variantes de Ayuela Este, Solución Centro y Nueva Solución Este en Puebla de Obando, La Roca de la Sierra Este, margen derecha de Arroyo de Troya y Solución Centro para la conexión de Badajoz. Además, establece una serie de consideraciones, entre las que se incluyen, por ejemplo, que "el trazado deberá ajustarse a la actual carretera Ex-100, desde su entrada en la ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves) Sierra de San Pedro" o que se deberán construir una serie de falsos túneles y pasos superiores en otras zonas.

A estas puntualizaciones, se unen --como suele ser habitual en estos casos-- toda una serie de medidas dirigidas a proteger diversos aspectos, especialmente los medioambientales (suelo, paisaje, sistema hidrológico, atmósfera, fauna y flora...). Mediante las mismas, la Dirección General de Evaluación y Calidad Ambiental asegura rebatir los argumentos de las alegaciones contra este proyecto recibidas desde diversas organizaciones ecologistas (WWF/Adena, Adenex, Ecologistas de Extremadura, Sociedad Española de Ornitología...) y de más de medio millar de particulares (la mayoría, en grupos), que fundamentalmente denunciaban la afección a diversos espacios naturales protegidos --ZEPA, LIC (Lugar de Importancia Comunitaria), RENPEx (Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura), etcétera--, aparte del daño sobre la economía de los pueblos de la zona.

Adenex, sin embargo, emitió ayer un comunicado en el que rechaza la construcción de esta infraestructura por su "elevado" impacto ambiental y por considerar que no "existe una necesidad real de este proyecto".