En torno a medio centenar de extremeños han hecho uso del Registro de Voluntades Anticipadas de Extremadura para emitir lo que popularmente se conoce como ´testamento vital´. Este documento recoge qué tipos de tratamiento médico desea uno recibir en caso de no poder emitir su voluntad como consecuencia de una enfermedad o accidente. Así lo manifiesta el director general de Gestión del Conocimiento y Calidad de la Consejería de Sanidad y Dependencia, José María Vergeles, que indica que la Junta no se plantea crear una ley de muerte digna, como la que ha aprobado esta semana el Parlamento andaluz, por considerar que este ámbito está bien regulado en la comunidad extremeña.

En concreto, esta cuestión se rige en Extremadura por la Ley 3/2005 de Información Sanitaria y Autonomía del Paciente, que regula, según Vergeles, "todos los aspectos relacionados con el derecho del paciente a decidir con autonomía, bajo el consejo del personal sanitario". De hecho, incluye la creación de un registro de los "documentos de expresión anticipada de voluntades", lo que a nivel nacional se conoce como "instrucciones previas" o, más popularmente, ´testamento vital´.

En el mismo puede fijarse, ante tres testigos (dos de los cuales no deben tener relación de consanguinidad) o notario, que quiere que se haga si llega a situación de terminalidad o eligir a su representante, por ejemplo. Para la Junta, "este documento es la máxima expresión de la autonomía del paciente, que puede decidir antes de que su vida esté en peligro", asegura Vergeles. Por ello, considera que con esta regulación y la de los códigos deontológicos de los colegios médicos, no es necesario crear una ley como la de Andalucía que, para el director general extremeño, "no aporta grandes novedades".

En la misma línea se pronuncia Rafael Mota, coordinador del Programa Regional de Cuidados Paliativos del SES y presidente de la Asociación de Profesionales de Cuidados Paliativos de Extremadura. A su juicio, la ley andaluza pretende "humanizar el proceso de la muerte", pero asegura que en Extremadura este ámbito ya está regulado en este mismo sentido, aparte de que cuenta con un programa de cuidados paliativos premiado internacionalmente.