De otro de los temas que no le gusta a mi madre que os hable es de política. Aprovecho que sigue de vacaciones para hacerlo. Estamos tremendamente comunicados, vivimos en una aldea global. Por cierto, tenemos la capacidad de, en 30 segundos y de manera gratuita, comunicarnos con República Dominicana, pero nos cuesta decir «lo siento» o «te quiero» a la persona de al lado. Paradójicamente internet abre más la brecha entre el mundo exterior e interior del ser humano.

Pues eso, tan globalizados que, ¿no debería existir un gobierno global? Los países, incluido China o Estados Unidos son pequeños para tener un interés global y piensan, lógico, primero en su interés. De hecho, algunos son tan pequeños que piensan en pequeño, véase Inglaterra con el Brexit o Cataluña con el Proces. Pobrecillos.

No hablo de la ONU, que es un intento fallido. Tampoco hablo de algo parecido a Bruselas, convertidos en unos burócratas incapaces de construir una gran Europa. Hablo de que nos gobiernen unos señores que no tengan ni país ni religión ni ideología política. Quizás un excelente pensador, preferiblemente no europeo, debería volver a leer La República de Platón y modernizando la idea de los Reyes filósofos aplicarla al siglo XXI para construir el partido que gobierne esta aldea global para entre otras cosas gobernar a los Cameron o Puigdemont de turno.

Globalización

Rodrick, reputado economista y profesor de Harvard escribe en su libro, La paradoja de la globalización, que un país no puede tener tres cosas al mismo tiempo: Globalización, nacionalismo y democracia. Es un libro que recomiendo a cualquier catalán para este verano ya que hay que elegir entre dos de ellas.

El ser humano es tan corto de miras que ha conseguido que internet aumente los nacionalismos. Tremendo.

Y a ti, ¿te cuesta decir lo siento o te quiero?