Un monaguillo asiste al Papa en la Misa con las manos unidas y el pulgar derecho cruzado sobre el izquierdo, tal y como manda la Liturgia. Francisco se le acerca y le pregunta "¿te han pegado las manos con pegamento?" y se las separa. Esto sucede pocos días después de que Francisco celebre por primera vez en su pontificado la Misa versus Deum (de espaldas a los fieles, para que se entienda) sobre la tumba del Beato Juan Pablo II en la Archibasílica Vaticana. Paradojas pontificias.

Francisco aprovecha sus múltiples apariciones públicas para lanzar sus ya famosas "píldoras para la cura el alma". Flores (con y sin espinas) arroja bastantes, de momento los frutos no se ven. Pese a que el Papa despierta enormes simpatías y tiene un tirón mediático que otros para sí quisieran, los templos siguen vacíos y también los seminarios, excepto los de aquellas instituciones más observantes que cada día tienen más seguidores. Francisco ha redactado un cuestionario de treinta y ocho preguntas para el próximo Sínodo que se enviará a los aproximadamente tres mil ochocientos obispos del mundo. Esperemos que tenga más éxito del que tuvo Benedicto XVI con la carta sobre el Rito Extraordinario, a la que respondieron no más de veinte ordinarios.

Una de las cosas más comentadas ha sido la nueva férula de Francisco que demuestra que los Papas son infalibles en materia de Dogma, pero no de estética. Pero lo que realmente sacudió la Santa Sede fue el bombardeo de la Nunciatura Apostólica en Damasco, una de las pocas legaciones que aún no ha cerrado sus puertas. Los integristas sirios han ido más allá de lo imaginable y es de esperar que esto sirva a Occidente para darse cuenta de con quién nos la estamos jugando, con fanáticos que martirizan cristianos, con el apoyo de Estados Unidos, únicamente por serlo.

XFRENTE A LAx pasividad de Europa, los cristianos orientales (incluidos los católicos) están convirtiendo a Putin en su héroe, el único mandatario que está tomando posiciones claras en su defensa. Ahora sería el momento en el que Bergoglio tomara las riendas de la situación y lanzara mensajes claros, además de los genéricos llamamientos por la paz. La situación de los cristianos en ciertos países, especialmente en el Próximo Oriente es terrible y poco conocida aquí, pero baste la cifra de que el pasado año murieron cien mil cristianos, de los cuales unos sesenta y cinco mil católicos, por causa de la Fe. El informe del Vaticano se presentó ante las Naciones Unidas en junio, pero pasó desapercibido, tal vez porque esta cara tan desagradable no venda y se prefiera poner la sonrisa de Francisco y sus bienintencionados mensajes.