Quince cajas y más de un millar de negativos centenarios. Un verdadero tesoro para una tarde dedicada al inmenso océano de internet. Tan digna recompensa obtuvieron los responsables de la fundación Anastasio de Gracia al tirar del hilo de una instantánea de la fábrica de armas de Oviedo con más de cien años que un marchante tenía expuesta en la red apta para el mejor postor.

Una vez que llegaron los cofres a la sede de la fundación encargada de velar por el patrimonio fotográfico relativo al mundo de la metalurgia y la construcción, los responsables del hallazgo descubrieron que Extremadura se encontraba presente en casi una veintena de piezas.

En concreto, la obra salvada retrata la provincia de Cáceres. La realidad de Valencia de Alcántara estaba disparada unas diez veces y Baños de Montemayor nueve. Y podría haber más porque, según apunta Jose María Uría, responsable del archivo, una de las cajas señalaba que dentro contenía fotografías de Cáceres, pero una vez que abrieron la maleta no las hallaron. "Las habrá vendido a coleccionistas particulares", asevera el archivero de la fundación y hace referencia al mecenas que comercializaba con las instantáneas. "Tenía visión de ganar dinero no de proteger el patrimonio", apostilla y se muestra particularmente orgulloso de la adquisición. "Son fotografías han logrado sobrevivir juntos durante más de 100 años", asevera. Todas pertenecen a una colección de la mítica fototipia Thomas, una empresa barcelonesa dedicada a la impresión que estuvo operativa desde principio de siglo hasta los años cuarenta. De los más de 11.000 negativos que componían la colección, la fundación solo pudo recuperar apenas un 10% en cajas numeradas --1.579 en concreto--. Con respecto a la autoría, Uría sostiene su propia teoría. Aunque la fototipia estaba en Barcelona, en pleno siglo XX era muy caro trasladar a un solo fotógrafo que recorriera todo el país, así que manifiesta que lo "lógico" es que las extremeñas estuvieran disparadas por un profesional extremeño. De momento, no han podido descubrir quién estaba detrás de la cámara.

De acuerdo al testimonio que presta a este diario el archivero los negativos de plazas y lugares conocidos de las localidades --solo retratados con gente en el caso de Valencia de Alcántara-- estaban destinados a ser impresos como postales, el gran recurso inconsciente para la población del siglo XX que en su gran mayoría no sabía ni leer ni escribir.

Este analfabetismo propio de la sociedad de principios de 1900 en España era mucho más acentuado en regiones como Extremadura. De hecho, aproximadamente el 68% de la población extremeña era analfabeta --el 56,4% de las mujeres y el 43% de los hombres-- y en 1950 esta tasa se situaba en el 39,5%. Este dato lo corrobora el historiador Enrique Moradiellos, quien pone de manifiesto que el 68% de la población de Badajoz era analfabeta en 1920. "Hay que tener en

cuenta que la universidad extremeña no se fundó hasta el 1973", asevera. Hasta entonces, la provincia pacense pertenecía al distrito universitario de Sevilla y Cáceres al de Salamanca.

ABANDONO SOCIAL Según sostiene el estudioso la región era una de las más "atrasadas en los socioeconómico en el país en esa época". Aparte de ser la "más extensa y la menos poblada en cuanto a las comparativas", apunta que "era objeto de éxodo a ciudades como Barcelona o Madrid". Este fenómeno explica el "abandono demográfico que existe después de la Guerra Civil" en la región.

"Era evidente el contraste social hasta los años 80", afirma y apostilla que la modernización a la región llegó veinte años después. La economía hasta esa época estuvo nutrida principalmente por la agricultura y la ganadería, agrega Moradiellos.

En cuanto a la estructura social, Extremadura mantuvo la dualidad propia del Antiguo Régimen. Estaba formada exclusivamente por dos clases: la oligarquía terrateniente --Moradiellos cita aquí a Fernando Sánchez Marroyo-- y las masas de campesinos o los jornaleros sin recursos. "La estructura social que evidenciaba un enorme contraste, dentro de la falta de población, los campesiones que no tenía nada y se empleaban con su salario, era un grupo muy mayoritario y dominante en esa época", concluye.