Cetarsa se creó con el objetivo social de adquirir, fermentar, procesar, batir, acondicionar y comercializar nacional e internacionalmente el tabaco. Su plantilla provenía, casi en su totalidad, de la extinguida Agencia Nacional del Tabaco, que ascendía a 1.300 trabajadores. Pero muchos compañeros han quedado por el camino tras el cierre de centros de Don Benito, Caracedelo (León) y Candeleda (Avila). Más reciente son los de Plasencia, Granada y Madrid, que han hecho que la plantilla se sitúe en 600 trabajadores. En este primer año de la nueva OCM, los resultados han sido bastante nefastos, también para la plantilla de Cetarsa. Se ha reducido la producción por parte de los agricultores y eso también tendrá un impacto negativo en el empleo.

Al día de hoy, el mañana se presenta poco claro. La cuenta atrás se ha iniciado. El sector tiene los días contados si no se ponen los medios para encontrar el equilibrio que nos permita superar la fecha fatídica del 2010. Esperemos que siga el esfuerzo iniciado con la firma del documento "El sector tabaquero europeo unido por la continuidad". La OCM es antisocial y discriminatoria para los trabajadores de la industria, por lo que es previsible una pérdida de empleos.

*Secretario General de la Sección Sindical de UGT en Cetarsa