María Martín Delgado es redactora de El País y cubre Migraciones. Ella no pasa por alto el papel de las mujeres y cómo el sistema, en general, se ceba con las vulnerables. Cuando las mujeres emprenden un proyecto migratorio, en numerosas ocasiones junto a sus hijos, «no cabe duda de que son más vulnerables a la hora de hacer camino, a la hora de cruzar fronteras, de lidiar con mafias, ser víctimas de explotación, tener que proteger, alimentar y cuidar de sus hijos. Es el reflejo de nuestra sociedad, solo que en una situación extrema».

Apuesta por una política migratoria y a ella, como periodista, no le queda claro que España la tenga. «Hay varios ministerios con competencia en este asunto y no parece que compartan la misma música. Si tocamos cada uno separadamente al final no hay una ejecución coordinada. Deberíamos dejar de pensar en el corto y medio plazo y más en el largo. España lleva 30 años recibiendo pateras y más allá de las pateras, España lleva bastantes años recibiendo extranjeros y mucho más silenciosamente, y necesita políticas que hagan que todos ellos tengan las mismas oportunidades y estén incluidos en la sociedad».

Se trata, en definitiva, de que el periodismo dé voz a los que no tienen voz, una premisa que en el caso de las migraciones viene como anillo al dedo. «Es importante que el profesional esté allí para escuchar a la gente que protagoniza ese fenómeno. Si no fuese por los periodistas que trabajan en el terreno no tendríamos una noción de sobre quién hablamos, cuáles son sus historias y lo que les hace migrar».

Para ella, el principio básico de su profesión debe basarse en una información veraz, cuestión que en el caso de las migraciones es aún más importante «porque está intoxicado constantemente por realidades paralelas, ideologías y xenofobia»; de esta forma, la labor de la prensa es fundamental para transmitir la realidad con contexto, análisis y sin prejuicios.

Durante su charla, María Martín mostró fundamentalmente cómo se organiza un periodista para cubrir la cartera de migraciones, algo que está a veces muy vinculado a la actualidad, con algunos picos informativos, aunque «generalmente eres tú el que tienes buscar los temas, encontrar dónde está la noticia y generar análisis y contexto constantemente».

Es el desafío de cubrir un tema que aparentemente no importa tanto al lector, que quizá no es el más leído, que no tienes una agenda para apoyarte todos los días. En el caso de las migraciones su cobertura debes trabajarla a varias velocidades y con un montón de fuentes diferentes: como los migrantes y las onegés. «El periodista de migraciones debe crear la agenda y poner encima de la mesa los temas que son importantes en ese momento, independientemente de que salgan o no en los medios».

"No les des casito"

Martín es una de las más de 120 ponentes que participan en el III Congreso Internacional de Periodismo de Migraciones y Desarrollo que se celebra en Mérida hasta este jueves y que en esta ocasión debido a las restricciones provocadas por la crisis sanitaria del coronavirus, se lleva a cabo íntegramente en formato virtual a través de la aplicación de videoconferencias ‘Zoom’.

En el evento, que está organizado por la Fundación PorCausa, en colaboración con la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID) y la Consejería de Igualdad y Portavocía de la Junta de Extremadura, participan especialistas en la investigación desde el periodismo. Entre las conferencias de ayer también destacó la de Marta G. Franco, de la Red Levadura, periodista especializada en internet y cultura digital, que presentó un proyecto denominado ‘No les des casito’, cuenta de Twitter donde busca desmontar de forma simple la principal estrategia de quienes tratan de difundir discursos de odio.

Alerta de que los mensajes de repulsión que emite principalmente la ultraderecha en las redes sociales tienen más alcance si les respondemos. «De tanto mirarlos, compartir sus mensajes para decir que mal lo están haciendo, se les está dando más cobertura que si no les hiciéramos caso».

En internet circulan montones de mensajes dañinos contra la democracia, que tienen que ver con el odio, la intoxicación y las ‘fake news’, que corren más rápido que las reales y no es porque tengamos una tendencia natural a que nos gusten las mentiras, sino porque quienes las redactan las fabrican de manera que no te dejan indiferente con frases como ‘Alerta’, ‘Última hora’ o ‘Esto es lo que no quieren que sepas’. «Desde nuestra cuenta tenemos que desviar la atención hacia otros temas que sí son interesantes, buscar fuentes de información fiables y aprender a leer críticamente lo que nos llega en lugar de quedarnos con lo más sensacionalista».

Según Marta, el objetivo del periodista frente a las migraciones es trabajar para que se generen nuevas normativas, «que nos ayuden a entender que las personas que emigran son personas y debemos empatizar con ellas». Unas migraciones que se ceban con las mujeres. Y es que en todas las sociedades las mujeres sufren discriminaciones que les hacen tener más dificultades para acceder a los recursos. Por todo eso, la legislación debe basarse en el respeto a los Derechos Humanos.

Saber mirar

Otra perspectiva interesante la puso Martín Caparrós, periodista y escritor argentino que quiso subrayar cómo en algunos casos el periodismo de migraciones «no tiene que descubrir nada, sino hacer visible lo que millones de personas no quieren mirar. Llevamos como un misterio los problemas que sufren los migrantes en España, Estados Unidos, Turquía o Argentina. La cantidad de muertos en el Mediterráneo es -dijo- infinitamente mayor que todas las muertes que se producen por terrorismo. De lo que se trata es de encontrar las maneras de contar las cosas que nos importan a aquellos que no quieren escucharlas», concluyó.

Por último, Kike Labián, director de la compañía Kubbo, abordó cómo los artistas suelen tener ciertas carencias en la temática social que van a abordar. En su alocución, se centró en compañías que realizan espectáculos sobre migraciones y personas migrantes. «El arte lleva muchísimos años siendo vehículo de difusión, de divulgación y concienciación que funciona por delante de cualquier medio de comunicación o de congreso, pero es cierto que se nos ha olvidado darle el rigor que la gente merece». Si conseguimos que a través del arte, al público le llegue el problema de las migraciones con rigor y nuevas narrativas, el nivel de impacto será amplísimo.