La Asociación contra el Ruido de Extremadura ha abogado por que las ciudades impulsen iniciativas para que las zonas de ocio nocturno se ubiquen en las periferias, por las repercusiones «negativas» que tienen para los vecinos en las zonas residenciales.

Su presidente, José María Iglesias, explica que el sector está reclamando a la Junta una hora más de cierre para estos establecimientos. «Deberían estar en las afueras de las urbes, y en este sentido no habría ningún problema, pero lo que no es de recibo es que influyan en la salud y en el descanso de quienes viven en las ciudades», afirma.

Según Iglesias, son miles de extremeños los que sufren el ruido «pese a los derechos reconocidos en la Constitución, mientras que el ocio nocturno carece de consagración legal alguna». En este sentido, la propia Unión Europea (UE) ha instado a todos los países comunitarios a que el ocio nocturno «salga de las zonas residenciales», según Iglesias.

Por este motivo, la asociación ha pedido a los ayuntamientos que tengan en cuenta las normas comunitarias, estatales y autonómicas, y garanticen el descanso de los vecinos. Según ha explicado, la Junta de Extremadura se ha comprometido a crear un comité asesor.