A veces pensamos que estamos en una sociedad maldita y llena de problemas, pero los datos demuestran que también vivimos en una sociedad que permite a las personas desarrollar toda su experiencia vital, alcanzar o acercarnos a nuestra capacidad límite de vida, que está en torno a los 120 años. Y eso es un hito de la humanidad, un éxito de nuestro tiempo. Hay que verlo así y no como un problema, pero también nos tiene que servir para reflexionar y hacer cambios».

Ese éxito sobre el que reflexiona el antropólogo Domingo Barbolla se llama longevidad. Y es que cada vez hay más población centenaria en Extremadura, también en España. Hombres, pero sobre todo mujeres (ellas son el 77% en la comunidad) que superan los cien años de vida. Pertenecen a lo que ya a partir de los 80 años se llama la cuarta edad, que no para de crecer.

En el año 1998 apenas se contabilizaban en la región 88 extremeños que ya habían cumplido los cien años; ahora -datos a 1 de enero del 2019- se registran 383 personas por encima del siglo de vida. Supone esto que la población centenaria se ha multiplicado por cuatro en Extremadura en apenas 20 años, en dos décadas. Son datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que evidencian la revolución de la longevidad. «Sin ninguna duda esta evolución es un éxito. Indudablemente es un indicador de que una sociedad funciona bien», valora también Antonio Pérez, profesor de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Extremadura.

ALIMENTACIÓN, SANIDAD,... / ¿A qué se debe este exponencial incremento de población centenaria? «A las condiciones que hemos creado». Una cultura que mantiene la alimentación de una manera continua, la seguridad personal, los cuidados sanitarios, la higiene, las medicinas... reflexionan ambos expertos. Y advierten, la población centenaria seguirá creciendo. En el conjunto de España, el INE prevé que se pase de los 15.000 actuales a más de 100.000 centenarios en el 2050.

«Si no cambian sustancialmente las cosas cada vez seremos más los que lleguemos a esas edades», apunta Barbolla. La estimación es que los nacidos en el año 2004 alcancen una esperanza de vida media de 100 años de edad. «Va a ser una edad normal». Y las previsiones en este sentido se vienen cumpliendo. La esperanza de vida se ha multiplicado por trxes desde comienzos del siglo pasado. «Hemos dado tres veces más de vida a las personas, eso es tremendo». Actualmente se sitúa en Extremadura en 85 años de media para las mujeres y en casi 80 para los hombres. A nivel mundial, recuerdan, la vida del ser humano ronda de media los 70 años, pero existen grandes diferencias entre países. En el continente africano ronda los 50 años.

ESPERANZA DE VIDA EN AUMENTO / En España la estimación es «que cada año sube tres o cuatro meses la esperanza de vida, lo que supone que cada cuatro años se incrementa un año», indican los profesores de la universidad extremeña. «En muy pocos momentos de la historia vital de la humanidad se han encontrado generaciones tan longevas y sobre todo de forma tan mayoritaria. Jamás ha habido estos tiempos tan prolongados de vida para tanta gente. Ha habido momentos puntuales con más personas centenarias, pero de esta manera tan increíble jamás. Estamos ante un hito de la historia de la humanidad», sostiene el antropólogo y sociólogo.

Esa evolución de la esperanza de vida conllevará pronto otro récord en las estadísticas. «A partir del 2022 empezarán a cumplir los 65 años, o la edad de jubilación, todos aquellos que nacimos en los años del baby boom (del 57 al 77) y se alcanzará el índice de envejecimiento más alto que tenga España».

¿Está preparada la sociedad para ese aumento de la vejez? «Se tiene que preparar, no queda más remedio, y así se está haciendo. Antes hablábamos de asilos de un modo despectivo y ahora estamos viendo cómo muchos espacios se están reconvirtiendo en residencias de mayores porque es en realidad un negocio», apunta Antonio Pérez.

VIVIR MÁS y MEJOR / No obstante, quedan retos por delante. «Indudablemente, el envejecimiento de la población supone un mayor gasto farmacéutico, hospitalario, de las pensiones... Es un coste añadido para el que no estamos preparados porque lamentablemente no tenemos un relevo generacional, no tenemos jóvenes que estén trabajando para pagar más pensiones cuando llegue el momento y ese es uno de los problemas», prosigue el profesor de la UEx. Pero también apunta a las soluciones y una clara está en la inmigración. «Europa entera lo que necesita es población inmigrante, porque no hay población autóctona. Tenemos una crisis de natalidad y lo que se necesita son personas que vengan, trabajen y coticen para poder seguir pagando las pensiones. Y curiosamente esta es una solución a pesar de lo que está pasando en Europa con la inmigración», añade Pérez.

El reto de vivir más años, al margen de la sostenibilidad del sistema del bienestar, es también vivir bien, con calidad. «Que seamos capaces de construir una cuarta edad llena de frescura y de vitalidad, de creatividad y plenitud, libre de dolores, que nos permita saborear la vida que es algo realmente increíble». Y eso, apunta Barbolla, es cosa de todos. «Tenemos que reflexionar y conformar una sociedad que cuide y proteja de una manera más evidente a los mayores, en función de las necesidades nuevas que vayan surgiendo. Y lo haremos, soy optimista. Tenemos que ver la longevidad como un hito histórico que cada vez nos va a pertenecer a más personas, no solo como viejecitos».