Todavía no había hecho acto de presencia su majestad cuando se daban las primeras indicaciones sobre el evento: «Por favor no soliciten fotografías al Rey porque viene muy poco tiempo», decía la secretaria de la Uex, Inmaculada Domínguez antes del comienzo. Estaba previsto para las doce del mediodía pero sobre las 11.30 ya estaba todo el personal, previamente ‘caheado’ en un escáner de seguridad, sentado en los asientos dispuestos. Todos tenían nombres, apellidos y procedencia: «David, Facultad de Veterinaria». Este joven, de 1º de Veterinaria, fue uno de los seleccionados para estar presente en el acto. «Nos dijeron que había que incribirse, me apunté y me tocó por sorteo.

Fue una sorpresa cuando me avisaron por correo, acabo de llegar a la universidad y me hace ilusión», cuenta. Cerca de él se sentaba Juan Fernando, alumno de 3º de Derecho. «Me ha tocado venir y he venido», decía el joven más molesto que ilusionado. «Me parece bien que venga el Rey pero es una falta de respeto que en cuatro días arreglen todos los desperfectos del centro a los que llevamos años pidiendo solución: han pintado, han limpiado, han arreglado las badosas sueltas que han dado problemas hasta a los profesores... Es una vergüenza».

Más contento estaba otro de los ‘agraciados’, Manuel Trinidad, del PAS de Derecho. «En esta facultad se apuntaron para venir más de 500 personas y me ha tocado a mí», dice este empleado de la biblioteca del centro. Restadas las autoridades, doctores, el coro de la Uex y parte de la prensa, en el aula magna apenas quedaban libres 80 plazas que la Uex decidió repartir echando mano del azar. Quienes no se apuntaron para ver de cerca el acto fueron varios alumnos --de Asamblea Educativa e IU Cáceres-- que protestaron contra la monarquía en la explanada de Filosofía ante fija mirada de los miembros de seguridad.