El PP de Jerez de los Caballeros apostó ayer por iniciar un «diálogo abierto» con Ciudadanos y Unidas Podemos para alcanzar un acuerdo «que posibilite un gobierno local que ofrezca propuesta reales a los problemas de los jerezanos». En nota de prensa, los populares jerezanos recuerdan que quedan tan solo diez días para que se constituya el nuevo ayuntamiento, en el que han obtenido representación política cuatro partidos: PSOE, con seis ediles y a pocos votos de la mayoría absoluta; PP, con cuatro; Cs, dos dos; y Podemos, con uno.

A juicio del PP, esta composición de la nueva corporación municipal, fruto de las elecciones del 26 de mayo, «habla de la necesidad de cambio para la ciudad». En palabras de su candidata a la alcaldía, Francisca Rosa, «este momento es tan complicado como esperanzador y los responsables políticos estamos obligados a asumirlo con mucho temple, pero también con determinación».

CONTACTOS / Según expone el PP en su nota, Rosa ha mantenido contacto con los candidatos de Cs y Unidas Podemos Iquierda Unida por Jerez, Carlos Boza y Juan Carlos Santana, respectivamente, ya que ambas fuerzas políticas son «favorables al cambio en Jerez» tras la gestión de la actual alcaldesa en funciones y candidata por el PSOE a la reelección, Virginia Bordallo. En ese sentido, Francisca Rosa está convencida de que el mandato de los jerezanos es establecer «un diálogo sincero y transparente que ha de poner de manifiesto que es más lo que nos une, que lo que nos separa», un esfuerzo que «merece Jerez de los Caballeros».

Por ello, el PP se compromete a sumar para que ese cambio sea posible, «consciente de la responsabilidad y la oportunidad que brindan los jerezanos de cambiar las formas de hacer política y de priorizar el interés general por encima de cualquier otro», un reto que los populares asumen con «ilusión».

A juicio de Rosa, las circunstancias exigen ser generosos, consecuentes y responsables, por lo que el PP no va a escatimar esfuerzos en alcanzar acuerdos dirigidos a mejorar la vida de las personas que es, en definitiva, el fin último de la política.