El Arzobispado de Mérida-Badajoz ha manifestado su preocupación por el incremento del número de interrupciones del embarazo que se practican en la región ya que "el aborto, más que una solución, es un problema en sí mismo y un desastre moral que marca a las mujeres que lo practican". Así lo afirma el Arzobispado en el editorial del último número de su publicación periódica Iglesia en Camino , titulado "¿Hasta cuándo?".

En el texto se explica que en 2004 se practicaron en Extremadura 1.191 interrupciones, 277 más que en 2003, y que "en el año 2003 aumentaron sobre el 2002, en ese año aumentaron respecto a 2001... y así año tras año desde que se despenalizara en el año 1985".

También se señala que "detrás de un hijo no deseado siempre encontramos una mujer, o una mujer y un hombre, preocupados o afligidos", pero que "la vida es el principal derecho sobre el que se asientan todos y sin el cual no existiría ninguno".

"Nadie -se agrega- es el dueño de la vida del que, existiendo ya, depende de otros para seguir viviendo y desarrollándose".