La vida son cuatro días y uno de ellos la patatera!" Con esas palabras --del alcalde del municipio, Alfredo Aguilera-- arrancó ayer el día grande de Malpartida de Cáceres: la fiesta de la pedida de la patatera. Una jornada marcada en rojo en el calendario de los malpartideños y muchos forasteros fieles a esta cita anual que ayer ni la previsión de lluvia, que se hizo realidad a mediodía tras el reparto de la patatera, pudo empañar.

Tras unas breves palabras de Aguilera, la celebración arrancó en la plaza Mayor con el desfile del pasacalles en el que participaron tres comparsas, una más que en la pasada edición, y miles de personas. Al ritmo de la música recorrieron las calles de la localidad, realizando breves paradas en las que degustaron un poco de tortilla de patatas, chorizo, morcilla, queso, caña de lomo o jamón, que portaban muchos hombres y mujeres en sus alforjas y cestas de mimbre, respectivamente.

Jóvenes y mayores unidos por el carnaval. Algunos vestidos con el traje típico de esta jornada, el traje de la patatera, que debe estar guardado desde el año anterior, según marca la tradición de esta fiesta, que surgió de forma espontánea a finales del siglo XIX y se recuperó hace más de 30 años. "No fallo nunca. Lo que más me gusta de este día es que estamos los jóvenes y los mayores todos juntos desde por la mañana. La juventud es estupenda y nos lo pasamos estupendamente con ellos", remarcó ayer Isabel, una malpartideña más de las muchas enamoradas de esta tradición.

El pasacalles llegó a su fin a eso de las 14.30 horas, cuando los participantes enfilaron la plazuela del Sol, donde se sirvieron 1.800 raciones de patatera, además de las que los vecinos ya traían de casa. Picante, dulce, curada o fresca. Ayer hubo para todos los gustos. "Vamos a echar todo el día, desde por la mañana hasta por la noche comiendo y bebiendo", apuntó ayer Javier Gutiérrez, que conducía una 'barbacoa móvil' en el desfile.

La lluvia respetó el reparto de la patatera, pero acto seguido hizo presencia en el cielo de Malpartida de Cáceres, obligando a los asistentes a trasladarse a las casetas. La verbena, que se alargó hasta la medianoche, arrancó con dos orquestas que se turnaban en la caseta enfocada para el público adulto, en la plaza Mayor, y música más moderna en la dedicada a los jóvenes, en la calle Fajardo. Además, como siempre, el mercadillo y la tradicional romería completaron la jornada festiva. La patatera sigue siendo el día grande de Malpartida de Cáceres.