«No me preocupa lo que se diga de Cepaim porque nos avala nuestra trayectoria durante 26 años de trabajo. Me preocupa que lo que se dice genere discursos de odio y racismo que están afectando a las personas inmigrantes que tenemos y que nunca habían tenido ningún problema. Navalmoral es una localidad acogedora», dice el director General de Cepaim, Juan Antonio Segura.

La asociación lleva días alertando del riesgo de que se produjera algún brote de racismo y xenofobia. Ahora segura que a raíz del brote de coronavirus en la localidad, algunos de los inmigrantes que residen en los distintos pisos que tienen allí han vivido algunas actitudes de rechazo que no se habían producido nunca. Señalan en concreto el caso de uno de los inmigrantes que ha pasado la enfermedad y que a pesar de llevar días con PCR negativa continúa en cuarentena «para protegerle», afirma. «Es una parte mínima de la ciudadanía, pero el hecho de que se hayan lanzado mensajes que han vinculado la inmigración con el covid, está despertando actitudes de rechazo con algún vecino que estamos intentando abordar con mediación y diálogo». «Pero si es necesario lo abordaremos desde la denuncia», advierte.

Desde el colectivo «reprueban» que la persona a la que se considera el paciente cero se marchara sin previo aviso. «No fue lo correcto y por eso en cuanto lo supimos avisamos a las autoridades. Pero no cometió ninguna ilegalidad», advierte el responsable de la Fundación, que tiene también dudas de que la persona a la que buscan sea realmente el paciente cero. «Puede que sea otra persona que lleva en Navalmoral desde febrero y que fue el primero en mostrar síntomas», dice.

17 días

El inmigrante de procedencia magrebí al que se señala como origen del brote llegó a Navalmoral el pasado 24 de mayo, trasladado por Cepaim desde Almería. El día 31 empezó a mostrar síntomas y se le aisló y el 1 de junio, con la PCR positiva ya, se le derivó a un piso en el que estaban otras tres personas que también habían mostrado síntomas y habían dado positivo en el test. Allí se mantuvo aislado hasta el día 10 de junio cuando, sin previo aviso, se marchó. «Esta persona llevaba ya 17 días de cuarentena porque la inició en cuanto llegó a Navalmoral aunque estaba aún asintomático. No se le había hecho prueba porque el protocolo no lo contemplaba aún», recuerda. Aún así, considera que el hecho de que se marchara «no fue lo adecuado», reconoce.

Segura valora también que «Los momentos más difíciles del brote ya se han superado» y confía en que «en las próximas horas» se empiecen a hacer los test a las siete personas que aún permanecen aisladas y que se puedan ir dando altas que permitan dejar atrás este episodio en el que insiste: «siempre hemos hecho lo que nos indicaban los protocolos sanitarios». También anota: «este virus no lo trae la inmigración. Estamos ante un problema global».