El sol puede ser suyo'. Bajo este lema se puso en marcha en junio de 2007 un ambicioso proyecto de renovables a nivel estatal basado en la producción fotovoltaica, esto es, convertir directamente la luz solar en electricidad que termina en la red común. El objetivo era apostar por la energía verde implicando, entre otras aristas, a pequeños productores para que invirtieran en un negocio que prometía ser rentable. Unas 5.000 familias extremeñas se sumaron al carro confiando en una compensación económica en forma de primas que permitirían hacer frente a la inversión que debía llevarse a cabo. Pero casi una década después esas ayudas se han reducido a la mitad y han dejado en una "situación compleja" a esas familias. Y no hay señales de que la situación vaya a mejorar. Así se lo transmitió ayer el portavoz de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), Miguel Angel Martínez-Aroca, al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en una reunión oficial en la que se pidió que Extremadura mantenga "un apoyo incondicional" hacia este colectivo.

Martínez-Aroca aseguró que la inversión media de cada una de estas familias ronda los 500.000 euros por instalaciones que oscilan entre los 5 y los 100 kilowatios y que muchos han tenido que acudir a fondos de inversión extranjeros al no poder hacer frente a los pagos por el alto coste de la tecnología. "Los recortes de las primas los inició el PSOE con el 30%, pero después el PP los elevó al 50%", subrayó el presidente de Anpier. "Ni un solo productor imaginaba, ni siquiera remotamente, que a los dos años de ponerse en marcha las instalaciones el Gobierno iba a cambiar las condiciones (con modificaciones normativas retroactivas) que motivaron nuestro esfuerzo, puesto que de haber sido así no hubiéramos invertido ni un solo céntimo. No hay que olvidar que estamos hablando de un colectivo muy conservador con respecto a los ahorros".

Asimismo, insistió en que "el Gobierno español no ha cumplido con los compromisos adquiridos en el BOE --en relación a las primas-- por lo que ha obligado a refinanciar las inversiones". Y añadió: "No se trata de un recorte, es querer exterminar a las familias fotovoltaicas, que fueron pioneras, y llevarlas a la ruina para mantener el oligopolio eléctrico".

Además, se lamentó de que el material difundido en su momento por el Gobierno --bajo el lema 'El sol puede ser suyo'-- a pesar de ser bastante didáctico y detallado no advirtiera de las consecuencias de posibles reducciones.

BARATO Y SOSTENIBLE A pesar del balance negativo, el presidente de Anpier afirmó que en "Extremadura hay un sol espléndido que puede ser muy importante en el futuro para tener mayor implementación de empresas porque se trata de una fuente barata y sostenible y sin ningún riesgo, como sí presentan las centrales nucleares". Y aprovechó para recordar que la comunidad cuenta con "dos reactores nucleares ya muy viejos y obsoletos y con un riesgo muy importante por esa obsolescencia".

"Si no cerramos las fuentes de generación que son contaminantes, difícilmente se van a poder desarrollar nuevos proyectos porque ahora mismo no existe más demanda energética que la que las instalaciones actuales están suministrando", apostilló.

E insistió en que la inversión realizada por los pequeños productores ha permitido que "la generación fotovoltaica sea ya la más competitiva en precio y pueda ser gestionada por pequeñas iniciativas y particulares, lo que ofrece una ventaja extraordinaria".