El 2019 cerró con menos parados que el año anterior en Extremadura aunque con un notable frenazo en la caída del desempleo, que es la más baja desde el año 2013, cuando se registraban los primeros datos positivos tras la crisis. La ralentización se acusa en todo el país tras un año plagado de incertidumbres con varias citas electorales y que se ha cerrado aún con un gobierno en funciones en Madrid y en un contexto internacional en el que se empieza a hablar ya de indicadores que apuntan a una posible crisis en ciernes. Con todos esos elementos, Extremadura tenía el pasado mes de diciembre 101.095 desempleados, lo que suponen 448 personas menos (-0,4%) en la listas del Sexpe que un año antes.

Aunque la región sigue sin dejar atrás el umbral de los 100.000 parados, que el saldo interanual deje menos parados es positivo. En todo caso, si se compara con los años anteriores, esos 448 extremeños que dejaron atrás el desempleo en los últimos doce meses, se quedan muy lejos de 9.842 que lo consiguieron un año antes y rompe la tendencia de los últimos cinco años, en los que se habían registrados caídas similares que habían adelgazado en más de 45.000 personas las cifras de desempleados en la región. Junto a eso, el ritmo al que descendió el paro en el último año está tres veces por debajo del que marcó la media nacional, y eso que ahí el retroceso (38.692 desempleados menos, un 1,2% menos) se quedó también muy lejos de los más de 200.000 que habían salido un año antes de la cola del paro. En el cómputo nacional, el 2019 terminó con 3.163.605 parados (+1,2%).

El balance mensual es algo mejor en la región, aupado por las contrataciones ligadas a las campañas de Navidad, que permitieron que 1.017 personas salieran del paro en el último mes, aunque suponen la mitad que el año anterior (2.527). El incremento está motivado por las contrataciones en la provincia de Badajoz que sacaron a 1.343 personas de las listas del Sexpe y queda lastrado por el incremento que se produjo en Cáceres, con 236 parados más. El cómputo interanual es en todo caso positivo en ambos casos, con un descenso del paro de 0,6% y el 0,2% respectivamente.

Tampoco arroja un buen dato la afiliación en el último año, sobre todo porque Extremadura fue la única región que destruyó empleo, según los datos del Ministerio de Trabajo. La región cerró el 2019 con 658 cotizantes menos (-0,17%), aunque suben en 869 personas respecto a los datos del mes de noviembre (+0,22%). El 2020 comienza así con 393.811 afiliados a la Seguridad Social en la región. Por provincias, en la de Badajoz aumento la afiliación en 1.281 respecto a noviembre, pero bajó en 456 respecto a hace un año, lo que deja el número de afiliados en 250.349, mientras que en la cacereña bajó en 412 sobre noviembre y 202 respecto a hace un año. Por sectores, la afiliación interanual cayó en el régimen general, que concentra al 80% de los afiliados, por el descenso en la agricultura (-2.843) y las empleadas de hogar (-294), mientras creció muy levemente entre los autónomos (+166). En el conjunto del país, la Seguridad Social sumó 384.373 afiliados, la cifra más baja desde el final de la crisis.

Tirón del sector servicios/ Las contrataciones de la campaña navideña han impulsado al sector servicios que lideró el mes pasado el descenso del desempleo en la región con 2.044 parados menos (un cifra similar a la del año anterior), aupado también por la demanda de trabajadores en la sanidad, el turismo y la dependencia. Este es uno de los sectores en los que hay menos parados que hace un año, junto a la industria y al colectivo sin empleo anterior. Ha crecido sin embargo en el sector de la construcción y en la agricultura, aunque en este último, el balance del último mes sea positivo, con 209 desempleados menos.

Por sexos, las mujeres ocupan seis de cada diez puestos de las listas del paro. El 2019 cerró con 61.006 mujeres y 40.089 hombres sin empleo, aunque la tendencia mejoró en el último mes para las mujeres, con 2.232 desempleadas menos, mientras que el paro subió en 1.125 personas entre los hombres.

En cuanto las contrataciones, continúan siendo temporales y precarias, en una proporción que se mantiene casi invariable: solo uno de cada 47 contratos firmados en el último año era indefinido.