Este 2021 se inauguró con un mensaje claro: alerta máxima. En el primer mes del año la comunidad se metió de cabeza en el riesgo extremo multiplicando por cinco la tasa que se considera ya una situación compleja. A partir de una incidencia acumulada a los 14 días de 250 casos por cada 100.000 habitantes, las autoridades sanitarios lo consideran riesgo extremo. La comunidad llegó a superar los 1.300 casos en la incidencia.

Hubo récord de contagios diarios detectados, de ingresos hospitalarios en planta, de pacientes que luchaban en la UCI y de fallecidos en una jornada.

Fueron básicamente las consecuencias de unas fiestas navideñas donde primero se relajaron las medidas y después se dio marcha atrás. No obstante, abundaron los brotes familiares.

Pero una vez que se tomaron medidas, entre ellas el cierre del comercio y la hostelería y el cierre perimetral de todos los municipios, y se insistió en la necesidad de guardar la distancia de seguridad con la familia, la curva empezó a doblegarse.

En apenas 10 días se ha pasado de ese riesgo extremo a un riesgo medio, teniendo en cuenta que la incidencia actual es de 139,93 casos, por debajo de 150, lo que se consideraría riesgo medio.

Si se bajara de 50 casos por cada 100.000 habitantes, se entraría ya en riesgo bajo; y se si bajara de los 25 casos, se podría hablar ya realmente de nueva normalidad.