Un año más, y ya van nueve, las instalaciones de FEVAL en Don Benito acogerán la feria de turismo más importante de Extremadura, Turinterior, un espacio que pretende aglutinar a empresarios del sector para dar a conocer la oferta con la que nuestra región cuenta.

La verdad es que después de analizar la evolución del turismo en Extremadura --como parte implicada en el desarrollo turístico de una zona rural-- tengo que reconocer que el avance ha sido muy importante, fundamentalmente en lo cuantitativo puesto que, en lo cualitativo, aún estamos en un proceso de aprendizaje, el cual, si no se acelera lo suficiente, es probable que provoque el efecto contrario, es decir, que si no ofrecemos la calidad requerida, nos puede repercutir de manera seria sobre los intereses de los empresarios e indirectamente del desarrollo socioeconómico de zonas que, como por ejemplo la Puebla de Guadalupe, viven directa o indirectamente del turismo.

La cuestión está en convencer a quienes tienen la responsabilidad pública de conducir o de liderar las políticas específicas de este sector, que es importante asistir a ferias y a otro tipo de actividades promocionales, en las que por cierto, siempre asisten los mismos.

Pero también es importante, y creo que se está descuidando, acercarse más a la realidad del día a día, mejorar algunos aspectos relacionados con las infraestructuras y los servicios, previos a las grandes inversiones hosteleras, y sobre todo, concienciar a las poblaciones locales, que siempre han estado donde están, sobre el nuevo horizonte, haciéndoles partícipes e implicándoles en el proceso.

El desarrollo turístico de una zona como la mencionada necesita de muchas horas de planificación, de diálogo entre empresarios y administración y sobre todo, de pensar de manera colectiva, y más tratándose de un sector globalizado como lo es el que nos ocupa.

XNO SE PUEDEx obviar la estrecha relación que debe haber entre desarrollo turístico y población local. No puede haber crecimiento y calidad turística sin contar con el concurso de la población, de todas y cada una de las personas que interactúan en la relación turística. Se trata de un proyecto de todos, en el que debemos ser tolerantes y receptivos, donde debemos exigir responsabilidades y en el que hemos de implicarnos más. La imagen de un pueblo no sólo son sus monumentos o sus restaurantes, también lo es el trato de la población local o del agente de la autoridad que en ese momento nos atiende, por lo que habremos de ser más tolerantes, educados y comedidos. Al final de todo, lo que más valoramos como personas es que nos traten como tal, y con esa máxima hemos de pensar y actuar con respecto a este asunto. felipe.sanchez.barbaextremadura.es

*Técnico en Desarrollo Rural