Entre enero del 2015 y septiembre de este año, la Guardia Civil ha desarrollado 24 operaciones vinculadas a la sustracción de ganado en explotaciones de la región. En algunos casos han sido actuaciones puntuales, pero en otros la investigación se ha prolongado durante un periodo largo de tiempo. Es lo que sucedió con la denominada Giraltas, que se desarrolló durante cuatro meses y concluyó en marzo del 2015. En este tiempo, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Castuera inspeccionaron mediante el lector de bolos identificativos unas mil ovejas de diez explotaciones, lo que les permitió esclarecer siete hurtos de ganado ocurridos el año anterior en la comarca de La Serena.

En total, se recuperaron 105 animales. Aunque se detuvo o imputó a cuatro personas como autores materiales de los hurtos —y a una quinta por la receptación—, la sustracción de una gran parte del ganado se atribuyó a un pastor contratado en una explotación quien, de forma escalonada para no levantar sospechas, iba detrayendo ovejas del rebaño, para luego venderlas a un precio inferior al de mercado a otros poseedores de ganado, quienes lo camuflaban entre el de su propiedad.

Mucho más reciente es la operación Merinas, iniciada a finales de marzo pasado cuando se tuvo conocimiento de que en varias explotaciones de la provincia de Cáceres (Campo Lugar, Moraleja, Arroyomolinos, Torremocha, Alía), y de la provincia de Badajoz, se habían sustraído 37 cabezas de ganado ovino. La investigación permitió determinar que los supuestos autores de los hechos seleccionaban las mejores cabezas de ganado a sustraer en cada explotación ganadera —solo una o dos—, de lo que se dedujo que probablemente eran otros ganaderos.

Finalmente, el equipo ROCA de Cáceres concluyó que los animales podían encontrarse en el interior de una explotación en el término municipal de la capital cacereña. Tras comprobar la titularidad de 534 ejemplares ovinos mediante la lectura del crotal electrónico, se localizó a ocho de las cabezas desaparecidas y a detener a dos personas, responsables y propietarios de la explotación inspeccionada.

Desde Guadalajara

En este tiempo también se ha recuperado en la región ganado robado fuera de ella. Es lo que sucedió con 30 ovejas sustraídas de Fuentenovilla-Mondéjar (Guadalajara), que en febrero del 2016 acabaron localizándose en una finca de Bohonal de los Montes, regentada por dos personas a los que ya les constaban antecedentes por hechos similares.

Las operaciones y servicios realizados por la Guardia Civil han incluido actuaciones contra otras conductas delictivas aparte del robo. Así, un vecino de Navalvillar de Pela fue detenido en mayo del 2016 ya que se hacía pasar por tratante y contactaba con ganaderos de la comarca con el reclamo de la venta de cabezas ovino y caprino a bajo precio. A uno de ellos le ofreció 125 ovejas, exigiéndole a cambio el anticipo del pago de una señal, unos mil euros, sin que llegase a entregar el ganado. Entre las tres supuestas estafas que se le atribuyeron, habría obtenido unos 6.500 euros.

Por otro lado, detrás de todas las denuncias presentadas no había hechos reales. En abril del año pasado fue detenido un vecino de Fuenlabrada de los Montes como presunto autor de un delito continuado de denuncia falsa y estafa tras haber denunciado el robo de un centenar de colmenas de su propiedad, con el objeto de cobrar seis mil euros de indemnización del seguro. El detenido había interpuesto, además, otras seis denuncias por los mismos hechos en los tres años anteriores, por la sustracción de 438 colmenas. También se demostró como falsa la denuncia que dos meses después interpuso un ganadero por la sustracción de 58 ovejas de la finca Santarcardillo, en Brozas.