Los salarios de los empleados de base extremeños continúan sin recuperarse de la crisis. Ni siquiera si se obvian los efectos de la inflación han conseguido remontar. De media, los trabajadores extremeños percibieron 18.884 euros en el 2018, que además de ser la remuneración bruta más baja entre todas las comunidades autónomas, queda un 8,5% por debajo de los 20.641 euros del 2013, de acuerdo al informe Evolución salarial 2007-2018, presentado la semana pasada por la escuela de negocios Eada y por la consultora ICSA. Como único consuelo, la exigua subida del 0,7% del año pasado fue el primer crecimiento que se experimenta desde que arranca la serie de datos regionalizados en este estudio, hace seis años.

Teniendo en consideración la evolución de los precios es cuando se hace más evidente la pérdida de poder adquisitivo que han sufrido las retribuciones. Aunque hasta finalizar el 2017 el Índice de Precios de Consumo (en media anual) se había mantenido en niveles muy similares a los del 2013, el año pasado la variación era hasta noviembre del 1,5%, lo que lleva el diferencial con la inflación hasta los diez puntos.

Esta tendencia a la baja choca con la que han seguido las otras dos categorías que contempla el estudio, la de los directivos y la de los mandos intermedios. En la primera de ellas, la retribución media se situó el año pasado en 67.081 euros. Esta cifra, que multiplica por 3,5 a la de los empleados, es la más elevada que se ha contabilizado en este sexenio. Respecto a la del 2017, creció un 1,7%. En términos absolutos, los rendimientos del trabajo de los jefes aumentaron en el 2018 a un ritmo más de ocho veces superior al de los empleados (1.145 euros frente a 136).

En cuanto a los mandos intermedios, sus sueldos apenas se encuentran un 0,6% por debajo de los del 2013 en términos corrientes (36.996 euros frente a 37.232), si bien aquí se produjo un retroceso mayor respecto al ejercicio anterior, cuando fueron 37.850. Este es el apartado en el que Extremadura sale mejor parada de la comparativa con el resto de autonomías, con el duodécimo salario medio más elevado.

También hay contraste entre la situación de los trabajadores sin subordinados en Extremadura y en el conjunto del Estado, donde el sueldo medio que ingresan es de 22.819 euros, que queda por encima de los registrados en el 2013 (21.757 euros) y en el 2007 (19.588 euros), antes de que estallase la crisis económica. No obstante, su situación a nivel nacional tampoco es precisamente buena, con unas percepciones que siguen estancadas después de cuatro años de crecimiento económico: son la única categoría laboral que continúa acumulando un diferencial negativo sobre la inflación acumulada desde 2007 (-0,3%), frente a la ganancia de los jefes (1,18%) y de los mandos intermedios (2,46%).

A nivel nacional, el salario medio bruto de los empleados españoles creció un 0,11% en el 2018 respecto al 2017, lo que se traduce en 26 euros adicionales, hasta totalizar 22.819. Mayores son los auges que experimentaron tanto las percepciones de los directivos, con un salario medio bruto anual de 81.059 euros (un 2,48% más respecto al 2017, con 1.962 euros adicionales), como de los mandos intermedios, que cobran 41.507 euros, lo que significa una subida en cifras absolutas de 1.072 euros, un 2,65% más.

El presidente de ICSA Grupo, Ernest Poveda, resaltó durante la presentación del estudio que los «incrementos no han sido ni mucho menos espectaculares», ya que las empresas han optado por la prudencia tras la sangría, en sus palabras, registrada a partir de 2007 con el inicio de la crisis. Por su parte, el profesor de Eada Business School Jordi Costa lamentó que la recuperación económica en España, con mejoras del PIB por encima del 3% en los últimos años, no se haya traducido en incrementos retributivos: «Se pueden pedir sacrificios a los trabajadores cuando las cosas van mal, pero cuando van bien se debe trasladar la riqueza». Añadió que este reparto de la riqueza generada incluso hubiera podido aumentar el crecimiento económico, y apostó por indexar las actualizaciones retributivas a los resultados de las empresas, utilizando modelos enfocados a la productividad o a la consecución de objetivos.

Por sectores, el comercio y el turismo son los peores remunerados en los tres niveles salariales analizados: «Sorprende cómo un sector tan estratégico para el país es el ‘low cost’ de nuestras rentas salariales», esgrimió Poveda.

En el extremo opuesto se sitúan la banca y los seguros, encabezando la remuneración en todas las categorías profesionales, mientras que la industria mantiene sus niveles salariales gracias a la internacionalización y las exportaciones, y la construcción no ha recuperado sus niveles retributivos precrisis.