EEl sector de la hostelería y el ocio nocturno está demandando a la Junta de Extremadura que amplíe en una hora los horarios de cierre de bares, cafeterías, restaurantes, pubs y discotecas. El presidente de la Asociación de Empresarios de Servicios Turísticos de Extremadura (Setex), Antonio Martínez, explica que Extremadura es actualmente la comunidad con la normativa más restrictiva en este sentido y el colectivo considera que un cambio «para situarnos en la media del país» no solo beneficiaría a empresarios y clientes, sino que tendría incidencia directa en el empleo.

«No pedimos ser los últimos, pero tampoco los primeros», afirma Martínez, que atribuye a las «presiones» de los colectivos contra el ruido el que la región no haya avanzado en este aspecto al compás del resto de autonomías. Los horarios de cierre se regulan en una orden autonómica que data del año 1996, una normativa que se tiene que actualizar tras aprobarse el pasado abril la nueva Ley de Espectáctulos Públicos y Actividades Recreativas. La Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio está inmersa en su desarrollo reglamentario (tiene un año de plazo) y por ello desde Setex consideran que ahora es el momento de poner la cuestión encima de la mesa.

Actualmente en Extremadura los bares cierran a la 1.30, los pubs a las 2.30 y las discotecas a las 4.00, un horario que se ve aumentado en media hora los fines de semana y en una hora para pubs y discotecas en los meses de verano. Según Martínez, estos números están muy alejados de la media española. En Cataluña, Galicia, Cantabria o Andalucía los bares pueden abrir hasta las 3.00 de la madrugada y las discotecas hasta las 6.00 e incluso las 7.00 en el caso andaluz. Asturias y la Comunidad Valenciana van más allá, permitiendo su apertura hasta las 7.30 de la mañana.

Por contra, aquí en Extremadura, «donde en verano no puedes salir antes de las diez por el calor que hace», con el horario ampliado los bares cierran a las 2.00 y las discotecas a las 5.00. Martínez considera que esto es fruto de la «demonización» a la que se ha sometido a este tipo de establecimientos y critica que se apliquen normativas autonómicas y locales «muy exigentes», como también se aprecia en otros aspectos como la regulación de las terrazas. Y todo ello a pesar de que «la hostelería es uno de los sectores más fuertes en Extremadura: aporta el 6% de su Producto Interior Bruto (PIB)», recuerda.

CONSEJO ASESOR / Por su parte, la Consejería de Población y Territorio reconoce que aprobar una nueva normativa sobre los horarios de cierre «es una necesidad». Pero según explican fuentes de este departamento, para ello hay que regular antes el consejo asesor de la ley de espectáculos públicos, una cuestión que se está abordando en estos momentos. Así, se estima que ese nuevo decreto llegará en el 2020 y antes de su aprobación, «todas las personas o colectivos interesados podrán alegar aquellas cuestiones que estimen oportunas», señalan desde la consejería.

Respecto a la petición de los hosteleros también se ha pronunciado ya la Asociación contra el Ruido de Extremadura, que aboga por que las ciudades impulsen iniciativas para que las zonas de ocio se ubiquen en sus periferias. En declaraciones a Efe, el presidente de este colectivo, José María Iglesias, asegura que el ruido afecta a la salud y el descanso de «miles de extremeños» pese a los derechos reconocidos en la Constitución, mientras que el ocio nocturno carece de consagración legal alguna. Además, señala, el empleo que generan estos establecimientos «no es de calidad» y se pregunta «si ese es el modelo de futuro que se pretende para Extremadura». Iglesias tampoco cree que retrasar una hora el cierre de los bares y discotecas vaya a aumentar el turismo.