Suena a lejos de Extremadura. Pero supuestamente ha ocurrido en Guareña, a 24 kilómetros de la capital autonómica. El municipio ha estado "revolucionado" con la presunta detención, hace unos 10 días, de un vecino al que supuestamente se le acusa de tramar la extorsión a un empresario local y otros vecinos. La Guardia Civil solo confirma que se han abierto diligencias por un presunto caso de extorsión de cuya instrucción se encarga el Juzgado número 3 de Don Benito, cuyo titular ha decretado el secreto de sumario. Tanto la familia del supuesto principal imputado como el hipotético afectado declinan hacer declaraciones. Incluso el alcalde del municipio, Rafael Carballo, rechaza pronunciarse. En la calle, cualquiera conoce lo ocurrido, pero prácticamente nadie quiere hablar del tema con nombres y apellidos. "Son casi amigos y por respeto, prefiero no decir mi nombre", se justifica uno de los consultados.

La versión más extendida en la localidad es que un agricultor de la localidad de unos 63 años, de una familia de las que suelen calificarse como "normales", incluso apreciada, contactó con otro vecino de la localidad, que tiene antecedentes penales y ha estado en la cárcel, para organizar la extorsión a un empresario del municipio. Incluso se habla de un posible secuestro y de varios objetivos . Supuestamente, le habrían movido los problemas económicos. Sin embargo, de alguna manera (las teorías entre los guareñenses son diversas), la Guardia Civil ha tenido conocimiento de la trama y les ha vigilado hasta frustrarla antes de que llevaran a cabo ninguna acción.

Desde este cuerpo, solo confirman las diligencias abiertas en el juzgado, de las que declinan dar más datos por haberse declarado el secreto de sumario. En la localidad se afirma que el imputado fue detenido y tuvo que pagar una fianza para quedar en libertad, pero este diario no ha podido confirmar esta afirmación.

Lo ratificado es el revuelo generalizado que la noticia ha causado en Guareña. Todos la conocen, pero casi nadie se presta a opinar del tema ofreciendo su identidad. Es un municipio de 7.289 habitantes (dato del 2012, según el Instituto Nacional de Estadística) y en general los vecinos conocen a los afectados.

Pedro Muñoz, camarero del bar La Bóveda, es el único que accede a ser citado, pero aclara que no tiene información de primera mano de lo ocurrido, porque no estaba en la localidad cuando se produjo la detención. "Llegué la semana pasada y todo el mundo hablaba de lo mismo. No sé si será verdad, pero es muy sorprendente". La estupefacción es compartida por muchos otros guareñenses que declinan dar su nombre. Las versiones son muchas. Será el juzgado de Don Benito el que tendrá que esclarecer cuál es la correcta.